ENCUENTRO FUGAZ DE DOS CHICAS DEL CLUB DE LAS BRAGAS ROSA
Fecha: 27/02/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... termino con una sonrisa de alegría y satisfacción en los labios.
Para concluir con aquella su masturbación, tomó su tanga del piso, al hacerlo se agacho y sus senos redondeados se fueron con su peso hacia abajo, sus pezones apetitosos aun demostraban su dureza, cuando ya tenía la prenda entre sus manos, la acomodó de tal manera que, poniendo el nombre al frente, doblo los costados y el resto hacia atrás, y llevo ese nombre en su tanga hacia su vagina, con ella se limpió toda la excitación que había salido en forma de secreciones del interior de su vagina, restregó muy bien entre su labios vaginales la prenda, se limpió toda con ella, y luego se la llevo tal cual a la boca, disfrutando de todos esos flujos pasándolos encima de su lengua, lo hacía como si aquel nombre empapado de sus fluidos fuera una devoción y una exquisitez para ella, a medida que lo hacia la prenda se fue desdoblando entre sus manos y quedo extendida, a la vez sus piernas quedaron bien abiertas. Y finalmente se quedó con la prenda suspendida entre sus dientes.
Luego de apagar la cámara de su Smartphone, llena de energía y buen humor procedió a limpiarse para quitar de su piel toda huella de su excitación y a dejar limpiecita su tanga, para continuar disfrutando de su excitante martes.
Casi una hora y media más tarde, y después de haberse arreglado apropiadamente, salía de casa con una enorme sonrisa en los labios que dejaba ver sus dientes, llevaba puesto su uniforme de trabajo y debajo ...
... infaltablemente y como cada martes su tanga rosa, como distintivo del club al cual pertenecía, bajaba ágilmente y con un elevado entusiasmo los escalones que daban a la calle, caminaba con mucha confianza, iba por la calle, sentía su prenda íntima ahí abajo, en su mente estaba muy presente el nombre que tenía cubriendo su vagina y se sonreía guardando para sí misma la complicidad de solo ella saber lo que traía puesto sin que los que iban y venían a su alrededor se lo imaginaran siquiera. Así llena de vitalidad llego a su trabajo y empezó laboriosamente su jornada en aquel restaurante de comida rápida en el que trabajaba.
Transcurrieron las horas, y ya casi había acabado la hora del almuerzo, que era el horario más concurrido en el restaurante y la de mayor trabajo para ella y sus compañeras de trabajo, mientras acomodaba unos tickets de pedidos recién despachados recordaba que minutos antes, mientras pasaba entre las mesas llenas de clientes con sus bandejas de comida, una de sus compañeras de trabajo le había hecho notar que traía los bolsillos de su camisa arrugados, y ese recuerdo le produjo una emoción que se mezclaba con recuerdos matutinos y una risita por demás delatora. Pero en ese momento tuvo que cambiar de semblante, pues una de las clientes que había acabado de entrar se acercaba al mostrador.
La atendió como era debido, la muchacha que se acababa de acercar al mostrador era casi de su misma edad y era una muchacha un poco acelerada tanto en su forma de hablar como en ...