Encuentros con Sofía (Cap. 7 - Un día de la madre diferente)
Fecha: 10/07/2017,
Categorías:
Lesbianas
Autor: andrewotero, Fuente: CuentoRelatos
... oportunidad para ser amantes.
Finalmente una tercera opción era dar media vuelta y dirigirme al baño, y dejar las cosas ahí. La lucha era terrible ante estas tres opciones en mi mente, pero había llegado a su puerta, y sin saber cómo, toqué a su puerta y le dije, no sé como pero automáticamente salió de mi boca: “Disculpa, ¿puedo entrar?”.
Esperé por un momento, me pareció eterno. Hasta que escuché un “Adelante, la puerta está abierta…”, mi corazón latía a mil, y sentía que se quería salir de mi pecho.
Abro la puerta y la veo de espaldas, parada frente a su armario, pero por Dios, que hembra era Sofía, que figura tenía, esas caderas definitivamente me volvían loco, haciendo un ademán de quitarse el cinturón que llevaba puesto y colgarlo en su lugar, mientras sutilmente regresaba a verme y me decía:
- Que pasó, ¿te ayudo en algo?, dijo
- Este… sí, Mmmm como te digo… las palabras no salían de mi boca, no sabía por dónde empezar.
- A ver, dime que sucede, me dijo, con ese tono amoroso y maternal que ella tenía, mientras cerraba la puerta de su armario y se sentaba en el filo de su cama, cruzaba sus piernas, de esa manera tan sensual que solo ella podía hacerlo, se acomodaba la falda y hacía un gesto como para que me sentara a su lado
¿Y ahora????, que le decía, si le confesaba que me gustaba como mujer, seguro me tildaría como un loco o degenerado, seguro se pondría a llorar, yo quedaría como la peor persona del mundo. Pero las cartas estaban echadas, ya no ...
... había como hacerse para atrás.
- Verás, no sé cómo decírtelo… Ni por dónde empezar… le dije, mientras me sentaba junto a ella, y bajaba la mirada en forma sumisa, como para fomentar su amor maternal, claro a la vez, podía contemplar el inicio de su pecho en esa blusa, y sobre todo sus piernas cruzadas, tan cerca mío. Pude percibir el aroma de su perfume, muy dulce, embriagante.
- Dime, con confianza, empieza por donde tú quieras, ¿es algo malo?, me preguntó preocupada.
- Pues verás, insistía yo, sin decir nada concreto, pues en verdad no sabía cómo empezar, es más ya me estaba arrepintiendo, y quería salir corriendo, puse mis manos entrelazadas entre mis piernas y seguía con la cabeza baja.
- Vamos, dímelo, me dijo, mientras que, con su brazo, me tomó por los hombros y me apegó a ella, de tal manera que puso mi cabeza a la altura de su pecho, y luego con su otra mano acariciaba mi cabello amorosamente.
Esto no me lo esperaba, ella trataba de ser tan maternal, y yo solo pensaba en sexo, a parte yo seguía sin camisa y con el torso desnudo, el sentir el roce de su piel con el mío, además, ese aroma suyo, que pude percibir al estar tan cerca de ella, me volvía más loco, el sentir sus pechos con mi barbilla me excitaba tanto que sentía que mi miembro rápidamente se ponía en su máxima expresión dentro de mis pantalones. Estuvimos por un momento así, no sé cuánto tiempo, pero yo disfrutaba cada instante que duró, y ese plan de víctima que me había puesto, parecía que ...