De la piscina al cielo
Fecha: 02/03/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... no fui capaz de articular más palabras aparte de un simple "encantado", así que después de recoger nuestras pertenencias nos disponemos a subir a su apartamento, el cual ya me había dicho que estaba vacío porque sus compañeras se habían ido de excursión por ahí, y que ella no había ido porque no le apetecía (realmente lo que le apetecía era otra cosa).
Nada más entrar en el piso me ofrece sentarme donde quiera mientras ella prepara un par de cafés en la cocina, así que yo me quedo en el salón, sin pensar más que en cómo he llegado hasta ahí, cómo he podido tener tanta suerte, y por supuesto cómo voy a follarme a esta, porque tiene pinta de exigir mucho y de tener mucha experiencia. Quizá me tiene algo intimidado por el hecho de ser ella quien hasta ahora haya dirigido todo, desde el momento en que me mira desde la terraza hasta ahora, teniéndome ahí sólo porque ella había querido que estuviese.
Cuando aparece con el café me pregunta por qué no me he sentado, como sin duda estaría más cómodo, a lo que yo respondo que es por no mojar el sofá ya que mi bañador aún está húmedo. Ella dice saber cual es el remedio, así que se dirige hacia mi sin ningún tipo de titubeo, deja las tazas de café en una mesa, y de pronto empieza a desatarme el cordón de mi bañador, se arrodilla y me lo quita, lentamente, con mucho cuidado, dejándome completamente en pelotas porque ni siquiera llevaba la camiseta puesta. Cuando me lo quita del todo, y aún permaneciendo de rodillas me mira y ...
... sonríe, no sé si intentando hacer que confíe en ella o porque al fin hemos llegado al punto donde ella pretendía mientras me observaba desde la terraza.
Mi polla aún no se ha vuelto a levantar desde que estuviéramos en el jardín, aunque ya comienzo a sentir como empieza a "tirar hacia arriba", máxime cuando vuelve a clavar fijamente su mirada en mi polla y acercándose lentamente llega hasta ella y le da un beso suave y espectacularmente sensual.
De pronto se incorpora y me dice, ya con otro tipo de voz mucho más... erótico "ve tomándote el café, ahora vuelvo".
Yo ya no sé qué pensar... realmente voy a dejar que sea ella quien dirija la operación porque se le ve muy puesta en el tema. Y es que no estoy acostumbrado, porque en mis otras relaciones siempre he tenido que ser yo quien vaya "dirigiéndolo" todo, pero en esta ocasión tendría que ser la primera vez que simplemente... me dejara hacer, cosa que por otra parte me excita aún más si cabe.
Ahora sí me siento en el sofá, como ya he dicho completamente en pelotas, pensando tan sólo en las ganas que tengo de follar, esperando que no tarde mucho en volver porque de lo contrario creo que mi polla reventará. Estoy completamente empalmado, preguntándome qué estará haciendo por ahí en lugar de estar ya encima de mi con su agujerito bien abierto para que yo se la meta una y otra vez. Empiezo a sentirme un poco impaciente y nervioso, y un millón de pensamientos cruzan mi cabeza sin parar. En realidad no ha pasado tanto tiempo, ...