1. Sexo en la vieja hidroeléctrica -5- un día más tarde


    Fecha: 02/03/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: superrapado, Fuente: CuentoRelatos

    ... recuerda? Haga memoria; nos espió.
    
    -Exageré -responde el policía con semblante de circunstancias.
    
    -No comprendo.
    
    -Le seguí un día, sí, pero no vi nada de sus relaciones sexuales. Me quedé fuera unos minutos y me fui.
    
    -Y me mintió con el fin de que yo creyese que le excitaba.
    
    -Más o menos.
    
    Se siente un silencio incómodo.
    
    -Sígame. Le llevaré hasta el sitio.
    
    Los dos se mueven entre cascotes y escombros.
    
    -Supongo que su opinión sobre mí es cada vez peor.
    
    -Supone bien.
    
    Tenga cuidado, aquí hay un agujero. Aunque no sé por qué le aviso.
    
    -Veo que se mueve bien entre los escombros. No anda flojo de piernas. Me gusta la gente de piernas recias.
    
    -¿Trata de piropearme?
    
    -Si lo he hecho, ha sido sin querer, se lo juro.
    
    -Mire, no es necesario que continúe con la farsa. Le ayudaré a cambio de nada. Bueno, no; a cambio de nada, no. Le ayudaré a cambio de un poco de sinceridad ¿Qué le parece?
    
    El agente asiente.
    
    Por fin llegan a un rincón escondido tras una pared. La techumbre todavía se mantiene en el sitio.
    
    -Es aquí.
    
    -Muy oculto.
    
    El policía observa el lugar con detenimiento. Ve unas manchas sobre unos ladrillos caídos.
    
    -Son manchas de esperma, y son mías -informa el administrativo.
    
    -Suyas y de su contacto, imagino.
    
    -Solo mías. El esperma de mi contacto se queda conmigo.
    
    Los dos hombres cruzan una mirada.
    
    -No me mire así. Usted ya lo sabe; lo hemos hablado.
    
    -Cierto, pero...
    
    -Será mejor que le deje hacer su ...
    ... trabajo. Yo me vuelvo al pueblo.
    
    -Pero, hombre, ya que está aquí podría ayudarme a reconstruir los hechos. Le juro que no tardaremos.
    
    -Eso debería de pedírselo a mi contacto.
    
    -Aún no sé si ha contado la verdad. No me puedo fiar.
    
    De verdad, no tardaremos. Se lo pido por favor.
    
    El administrativo empieza a sospechar que le resulta más fácil enfrentarse al policía altanero que a esa versión contrita que tiene delante.
    
    -De acuerdo.
    
    El agente se mueve despacio por la rinconada buscando cualquier prueba de la versión de crimen con la que cuenta.
    
    -¿Cómo actúan usted y su amante cuando se encuentran, qué ritual siguen?
    
    -Por lo general me espera apoyado en esa pared.
    
    El rural se aproxima al muro indicado, todavía con restos de yeso y pintura. Se apoya en él como si fuera el amante.
    
    -¿Qué hacen, una vez juntos?
    
    -Sexo.
    
    -Me refiero a algo especial...
    
    -¿Le parece poco especial?
    
    El agente reconduce su planteamiento.
    
    -Veamos: él ya está aquí, usted llega por donde hemos venido y le saluda...
    
    -Nunca le saludo. Casi nunca hablamos.
    
    -Entonces ¿cómo...?
    
    -Cuando me ve llegar se saca el sexo y se lo acaricia. Ese es el comienzo.
    
    -¿Eso hace?
    
    -Sí.
    
    -¿Siempre?
    
    -Sí, siempre.
    
    Y que lo haga me despierta el mayor de los morbos.
    
    Se escucha un rumor repentino: es el viento que se ha levantado con el ocaso.
    
    El rural se atusa ligeramente el mostacho. Mira al administrativo con los ojos bajos. Parece un animal en busca del punto flaco de ...
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