1. los vecinos


    Fecha: 03/03/2018, Categorías: Intercambios Autor: sayago19, Fuente: SexoSinTabues

    Me despierto a media noche, aburrida y sola como siempre, hace meses que mi cuerpo permanece intocado; el haberme mudado para estudiar en la Universidad ha sido menos grato de lo que imaginé. Extraño esas fiestas de viernes con los compañeros de la preparatoria, donde después de unas copas y unos juegos sensuales (verdad o reto, strip póker, botella o alguna otra variación) terminábamos en unos deliciosos encuentros. Imposible olvidar la noche en la cual termine penetrada por las tres vías al unísono, durante la celebración de la victoria del equipo de futbol de nuestro grupo en el torneo interno, o cuando en un castigo tuve que hacer un 69 con mi mejor amiga y terminamos bajo una lluvia de semen de los espectadores. El deseo me devora, hace tanto que solo mi mano se dedica a atenderme, sin embargo hoy toca jugar a la voyeur. Voy a la sala de estar y, con la luz apagada, abro tímidamente la cortina; sé que hoy los vecinos de enfrente tendrán su tradicional cópula a la luz de la luna y quiero ver sus cuerpos poseerse con movimientos frenéticos. Dar un espectáculo erótico, a los astros y seres nocturnos, en el cual el sudor los hace brillar como seres fantásticos e irreales, dioses menores ejecutando un rito antiguo y reciente. Para mi desconsuelo, no hay ni un alma, con paso lento y cansino voy hacia la alcoba; me detengo pues creí escuchar unos leves golpes en la puerta. ¿quién, en su sano juicio, visita a una mujer sola a media noche?, me digo a mi misma; sin embargo el ...
    ... sonido se repite, veo por la mirilla y ¡son los vecinos!, sin pensarlo abro y Ella me dice: “¿quieres jugar con nosotros hoy o solo deseas ver como siempre?”. Él, vistiendo pants y sudadera, desliza el dorso de dos dedos por mi mejilla derecha alargando el movimiento para cerrar mi boca (abierta por la sorpresa). ¿podemos entrar? – me pregunta con su grave voz de barítono – la noche esta refrescando. Doy un par de pasos hacia atrás, franqueándoles el acceso, Él la toma de la cintura (por cierto Ella lleva un abrigo largo que le cubre hasta los tobillos). Toman asiento en el sofá y Él comienza a besarla en el cuello, Ella extiende su mano hacia mi, en una muda invitación. Cierro la puerta y me dirijo hacia la pareja; Él ha desabotonado el abrigo descubriendo un cuerpo escultural, cubierto apenas con un sostén de ¾ de copa y una tanga (ambos de encaje negro contrastando con una piel blanca y tersa), el cual comienza a cubrir de besos. Ella le acaricia tiernamente su cabello y mantiene su mano hacia mi, la estrecho con cierto temor y me dirige a su izquierda; soltándome en cuanto ocupo el lugar vacío junto a Ella. Para mayor sorpresa toma a Él por el cabello y a mi por la nuca, y nos aproxima lentamente; hasta hacer que nuestros labios coincidan; cierro los ojos esperando el contacto. Es un beso largo y dulce, inicia con timidez y poco a poco va cobrando la fuerza de la pasión; entreabro mi boca y su lengua busca acariciar a la mía, recorre mis dientes y finalmente logra su ...
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