1. Mi vecinita


    Fecha: 03/03/2018, Categorías: Hetero Autor: molotov, Fuente: SexoSinTabues

    ... espaldas a la orilla. Salió y con un ligero trote llego otra vez a donde la esperaba. El bikini mojado se replegaba mostrando generoso gran parte de los pechos y de las ingles por donde asomaba valiente el fino vello púbico. Se tumbó boca arriba sobre la toalla y se acomodó la tela del bikini con bastante poco éxito. Ves lo que te había dicho? ― y continuó― Tengo que comprar otro. A mi ese me gusta ―le respondí. Te gusta? Me encanta. Pero se me ve mucho pelo. Eso es fácil de solucionar―apostillé― puedes depilarte. Es que me gusta tener pelo, ya no soy una niña. ―dijo girándose hacía mí y mirándome fijamente. Ya sé que no eres una niña, todo lo contrario, eres toda una mujer y muy atractiva. Se colocó boca abajo, se soltó la parte superior del bikini, miró hacia mí y me lanzó una pregunta directa e inesperada Te gusto? Matizar la respuesta sería absurdo ―Me encantas. Nuestras toallas se tocaban así que se puso de lado y se me acercó, noté su cercanía y me excité. Ella me besó suavemente en los labios y volvió aponerse en pie para correr nuevamente al agua. Volví a ponerme en pie para verla, salió del agua con la sonrisa más atractiva que recuerdo. Atractiva y divertida, tremendamente natural, nada sofisticada y muy alegre. Llegó, se quitó lo que le quedaba del bikini y se tumbó otra vez boca abajo. No me gustan los chicos de mi edad porque ahora estarían toqueteándome por todos lados ―y continuó― ahora estoy muy cómoda, no me siento indefensa ni tampoco obligada a nada. En ...
    ... esa frase me pareció entender que no pretendía otra cosa que conversación y poco más. Todavía soy virgen pero eso no quita que me guste el sexo y que me gustaría hacer el amor con alguien que me guste de verdad y me valore por lo que soy ―Dijo con voz suave pero decidida. Se colocó cobre la espalda y entonces pude ver toda la magnificidad de su joven cuerpo. Delgada, alta, proporcionada, con unas tetitas imposibles, pequeñitas, bien puestas, dos semiesferas con puntiagudos pezones colocadas en su pecho. El vientre largo daba paso a un pubis poblado de un abundante pero fino y delicado vello negro. Los muslos firmes. En fin, una delicia, el deseo hecho muchachita. Acabamos abrazados desnudos, besándonos, rodando sobre la arena, completamente solos, la excitación de ambos fue creciendo, tanto que le propuse hacer el amor. No respondió, solo cerró los ojos y me besó con más fuerza aún. Fue un frenesí de besos, de abrazos, de chupeteos. Le comí las tetitas duras como piedras, le sorbí los pezones firmes, duros, apuntando al cielo como dos flechas que indicaran el goce más sublime. Su largo vientre olía a mar, a flores. , a hembra en celo. Y el culo, la gloria era aquel curo, de nalgas duras, firmes fragantes, apetitosas, la hice girar una y otra vez para besárselo y mordisqueárselo. Ella se dejaba hacer mientras gemía quedamente. La coloqué sobre una roca, le separé las piernas y me sumergí entre sus muslos buscando el néctar de aquel joven coñito que comí con fruición. Gemía y se ...