Trágica historia de sexo
Fecha: 04/03/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... Argentina era toda una novedad, y logró venderla a millones de dólares unos años atrás. Y no sólo eso. También se casó con una mujer hermosa, según me contó Germán.
β No puedo creer que semejante boludo se coma a ese minón. β decía Germán, mostrándome las imágenes de una rubia muy bonita en su celular.
Me alegró saber que Huguito estaba bien y de alguna manera me sentí liberado de aquella traición de veinte años atrás. Después de todo, su difícil niñez no lo había afectado tanto.
Pero qué equivocado estaba. La envidia es un veneno que nos muestra cómo somos realmente, y en el caso de Germán, no fue la excepción. No podía tolerar saber que aquel que fue un cero a la izquierda, le fuera mejor que a él. Así que esa misma noche nos confesó que había agregado a la esposa de Huguito a Facebook, y ya la estaba haciendo el trabajo fino.
β ¿Por qué no lo dejás en paz? β le dijo Gonzalo, haciéndose eco de mis propios pensamientos.
Germán rio, despectivo.
β Si la mina lo quiere de verdad, no va a dejarse levantar por nadie.
La chica lo quería. Pero Germán era un experto en mujeres, encontró sus puntos débiles. Le endulzó los oídos, y lo puso en contra de su marido muy sutilmente. Si la mujer, antes toleraba el carácter antisocial de Huguito, ahora le parecía un defecto que había que corregir. Si a la chica antes no le molestaba que su marido sea poco hábil en la intimidad, ahora ya comenzaba a exigir experiencias nuevas. Si a la chica antes le gustaba la humildad ...
... de Huguito, ahora lo tachaba de amarrete. Y Germán, por supuesto, se erigía como aquel hombre que tenía todo lo que el marido no tenía.
Unos meses después nos volvimos a reunir. Yo no tenía muchas ganas. Desde que Germán nos contó sus planes con la mujer de Huguito, me empezó a caer mal. Pero la verdad es que estaba aburrido en mi casa, y me apetecía una cerveza bien fría. Además, con Gonzalo y con Mauro estaba todo bien.
Fue una velada común y corriente donde charlamos de fútbol y de autos. Cuando la conversación pasó a ser sobre mujeres, me incomodé un poco, porque no quería que Germán salga con sus planes perversos. Pero enseguida me enteré de que eso ya no importaba, porque el plan ya se había concretado.
β ¿y a vos Germán? ¿Cómo te está yendo con tu mujer? β preguntó Mauro.
β Con mi mujer bien, pero mejor me va con las mujeres de otros. β dijo el imbécil, y apoyó su teléfono sobre la mesa. β miren lo que tengo acá. β agregó, y puso play a un video.
Al principio no se oía más que jadeos lejanos y no se veía más que una mesa y una alfombra. La cámara se movía mucho y no mostraba más que a esos dos objetos, de manera muy difusa, como si hubiese un terremoto. Pero enseguida la cámara enfocó a un cuerpo femenino, era esbelto, y tenía unas suaves curvas. El cabello rubio y ondulado se sacudía de un lado a otro, cada vez que recibía las envestidas de Germán.
β ¿Te la cogiste? β preguntó Mauro fascinado.
β ¿A quién? β inquirí yo.
β A la mujer de Huguito, a ...