Una historia con mi madre
Fecha: 04/03/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Lo que relataré ahora, fue algo que me contó mi amigo y hoy se los transcribo tan idéntico como el me lo contó a mi, haciendo un esfuerzo por recordar
El comenzó su relato así...
Me sucedió hace tres años aproximadamente. tengo 22 años y una bellísima madre de 40, de sensual aspecto, cariñosa y muy mimosa. Separada, vivimos juntos con una hermana de 20, tan hermosa como ella.
Nunca las había contemplado, ni a mi madre ni a mi hermana, como mujeres, fuera de comprender tanto la realidad de su belleza, como que somos consanguíneos.
Mi madre era maestra en un cuarto grado de una escuela, y muy querida. Volviendo una tarde de la universidad donde yo estudiaba, la encontré llorando, pese a que trató de disimularlo. Acortando, me dijo que un profesor, al cual yo no conocía, trataba infructuosamente de seducirla, alentado por algunas concesiones de ella, pero que no había querido proseguir por no amarlo.
El tipo era un pesado y la estaba comprometiendo ante los ojos de sus colegas, y esa noche, durante la cena, nos confesó a mi hermana y a mí, que le había dicho que tenía ella ya un amante, y que ese fin de semana iría con él a un hotel de una playa alejada de Buenos Aires, y el tipo no la creyó, y ella, imprudentemente, le dijo a cual hotel iría, y tampoco le creyó; en fin, que él se iría a ese hotel ese fin de semana a buscarla, y ahora mi madre no sabía como salir del lío.
Mi hermana le dijo que se fuera con alguna persona de confianza y se hiciera pasar por su ...
... amante, si, pero ¿en quien confiar?. Riendo mi hermana dijo que me llevara a mí. Nos miramos y reímos, y entonces la cosa fue cuidadosamente planificada entre los tres.Ese viernes nos fuimos en el coche, un día antes, a fin de preparar todo. Llegamos, ella dio su nombre, callando el mío, y sospecho que pensaron en la administración que la hermosa señora se llevaba consigo a un amante. Entramos finalmente en la alcoba con una sola cama de matrimonio, a pedido de ella, y acomodamos la ropa, algo nerviosos y yo con una extraña sensación de estar cometiendo una locura.
Esa mañana, decidimos irnos a la playa privada del hotel; estaba con una bikini despampanante, y sus senos, turgentes y duros para su edad, querían escaparse del breve corpiño; no pude menos de mirar el hermoso triángulo de su bajo vientre, apenas cubierto por la malla, y para mi desesperación, mi pene se puso tieso, y notándose perfectamente el bulto debajo de mi pantalón de baño. Ella me miró, se ruborizó, y riendo me dijo que me comportara como un novio, para que los pasajeros no sospechasen nada; me tomó de la mano, y corrimos como dos chicos hacia el agua; durante un rato, jugueteamos hasta que de pronto, yo me senté en el fondo de arena, cubierto apenas hasta el pecho por el agua, y ella instintivamente, se sentó entre mis piernas abiertas de espalda a mí, y nos quedamos quietos en esa erótica situación. Creo que no se daba cuenta de lo que sucedía, pero a mí, mi palo se endureció nuevamente y sin poderlo ...