1. Fea de cara... pero, ¡qué cuerpo!


    Fecha: 05/03/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... inhibiciones fueron a parar al tacho de la basura. Acerque mi boca a uno de sus pezones y lo rodeé con mi lengua; las manos se ocuparon de la otra teta una, y de su pubis la otra. Monte de Venus poblado de oscuros pelos, se me antojó con un muñequito peludo. Encontré sus labios vaginales y los acaricié con suavidad. No tardaron en abrirse en flor y humedecerse. Ella me pidió que le mordisqueara el cuello, hasta dejarle una marca; no me hice de rogar entre mis dientes y mis labios, le dejé varios incipientes moretones. Me lo agradeció con un profundo beso de lengua, que me llegó a las amígdalas. Su chumino se estaba lubricando y me suplicó que calmara su ansiedad, sobándome el nabo y pidiéndome que se lo introdujera. Como el mejor de los caballeros, ante el pedido de una dama, se lo arrimé a su entrada y sin que yo embistiera, mi sable se sintió tragado literalmente por su cleca, tal era la necesidad de macho que ostentaba.
    
    No quise empezar el bombeo y sentí como su cintura se contoneaba en un movimiento circular, que me llevaba al paroxismo. Pocos segundos bastaron para que ese movimiento me hiciera acabar, aún sin desearlo convencido. Esperó unos minutos hasta que mi tronco se bajara y al salir de su pequeño escondrijo, nos tomamos otra copa.Acostados en la alfombra, se puso boca abajo apoyada en sus codos. Aproveché para acariciarle las bien torneadas nalgas y proseguir por su tersa espalda. No pude contenerme y con mordiscos le fui erizando la piel, acercando mi ...
    ... virilidad a su negro agujero. Ahí me detuvo y dándose vuelta me sobó los huevos a la vez que me besaba el miembro; a los pocos minutos mi boca en su concha y mi pija dentro de su boca. Dulcísimo 69 que nos arrancó las exhalaciones normales de una gran acabada. No se que pasó con mi semen (calculo que se lo tragó) y se que pasó con sus jugos : los lamí hasta no dejar rastro. Esperó que se me bajara la erección y yendo al baño a buscar crema de enjuague, me la pasó por el enclenque palo y se frotó la cueva negra, diciéndome " Este es el momento oportuno para la enculada". Usó sus dedos como calzador y ayudo a mi pene a penetrar en su recto. Tarea fácil y desconocida para mi ( en ese momento me percaté como se hace un culo, sin que existan dolores de ambas partes). Encontrándose mi falo adentro, sentí como se iba agrandando y quedando apretado como por un guante, en toda su extensión y anillado en su extremo superior, debido a lo apretado de su orificio. La transpiración cubría nuestros cuerpos, gruesas gotas caían sobre el alfombrado piso y ambos cuerpos se estremecían de gozo. Crucé mis manos por su cintura y abordé su clítoris de regular tamaño. La paja le supo de maravillas y me pidió que no parara hasta el final. No le saqué mi humanidad del interior de su intestino, y allí acabé con el mejor de los gustos que jamás hubiera experimentado. Mi frotación de su vulva y de su clítoris, dio resultados positivos, cuando profirió unos gritos que pudieron escucharse desde las habitaciones ...