1. Mi hermana y yo


    Fecha: 07/03/2018, Categorías: Incesto Autor: blake, Fuente: RelatosEróticos

    Hola, soy de Málaga, mi nombre es Lorenzo y tengo 46 años
    
    Desde siempre, he tenido una relación muy especial con mi hermana, Ana que es 6 años menor que yo. Ella es morena, alta, con un cuerpo precioso y unos pechos y un culo muy bien formados. Por mi parte, tengo estatura media, 1,75 m, siempre he sido deportista y corro desde hace tiempo, haciendo medias maratones, por lo que estoy en forma, fuerte pero sin grandes músculos, más bien delgado
    
    Somos muy parecidos en cuanto al carácter y desde pequeños a ella le gustaba meterse en mi cama, mientras yo estudiaba, decía que porque le gustaba verme estudiar. Éramos pequeños y la sacaba de mi cama, pero crecemos……
    
    Y ahora, por encima de los 40 los dos, sin parejas estables, pues nos vemos alguna vez y seguía flotando en el ambiente esa tensión hasta hace unos meses……
    
    Me llamó al móvil y me dijo que quería hablar conmigo, por lo que como estaba en casa le pedí que viniera de inmediato, si tan urgente era.
    
    Vino en 10 minutos, estaba cerca atenta a lo que le pudiera decir. Llegó muy triste porque su actual pareja no la dejaba irse con unas amigas de viaje, pues es un gran celoso; no te lo mereces, le dije, abandónalo, eres demasiado hembra para él. Se le pusieron los ojos encharcados de lágrimas, que resbalaban por su preciosa mejilla, surcándola inmerecidamente.
    
    Sentí que la tenía que besar en la cara, sorberle sus lágrimas y apaciguarla, así lo hice; la abracé en el sillón de mi casa donde estábamos sentados, muy ...
    ... tiernamente y le besé la cara, sorbiéndole y secándole las lágrimas, ella se dejaba hacer.
    
    Le pasé una pierna por detrás e hice que se apoyara en mí, reconfortándola, abrazándola y besándole la cara, ella girando la cabeza, y dejándome el paso libra hacia su cara y su cuello, por donde seguí, lenta y pausadamente, suave, solo insinuando mis besos, sintiendo todos y cada uno de sus pliegues, era un contacto mínimo….seguí durante unos minutos, al cabo de los cuales, lentamente empezó a moverse rítmicamente con mis besos y caricias, ya que la abrazaba y lentamente, por debajo de sus bien formados pechos, le tocaba y acariciaba por encima de su camisa de algodón, subió los brazos y hacia detrás me cogió la cabeza, suspirando profundamente, apoyándose en mi con todo su ser.
    
    De forma inmediata, sus gemidos se hicieron más perceptibles, su respiración más profunda y sus movimientos incluían sus caderas, que me rozaban mi pene, que en este momento se alzaba rígido por detrás suya, evidentemente lo notaba, ya que mi pantalón era de tela fina y su blusa era blanca y fina, dejando entrever sus negros pezones, duros y enormes, los cuales a la vez que lamía su cuello empecé a pellizcar suavemente.
    
    Al hacer esto se puso rígida, se dio la vuelta y me dijo: “eres mi hermano”, no como reproche, ni como sorpresa, solo como aseveración, a lo que asentí, diciéndole, que por eso se tenía que tranquilizar, que era lo mejor, tener a un hermano para tranquilizarla y hacerla sentir amada y ...
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