Saga Infiltrado: Navidad
Fecha: 08/03/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: NenaJoven, Fuente: SexoSinTabues
Era la víspera de la navidad. Los niños acababan de regresar de la playa, después de pasar toda la tarde jugando en la arena y refrescándose en el agua. Entraron a trompicones por la puerta, luchando por llegar en primer lugar y poder tomar un buen trago de refresco. Cuando saciaron su sed, su madre les indicó que fueran a la ducha para quitar los restos de arena de su cuerpo, y que, de paso, se llevaran a su padre, que era un poco remolón para eso de ducharse. Los niños agarraron a su padre de ambas manos e intentaron, sin éxito, mover a su padre del sofá. Los hermanos, se miraron, y se bajaron los shorts enseñándole el culete a su padre, y agachándose un poquito y mirando con desafío a su padre, le retaron: -¡Dale un besito a lo que se mueve! Cantaron a dúo, al tiempo que movían sus culitos. Su padre, levantándose como un resorte, comenzó a perseguirlos a los dos correteando por toda la casa entre risas y provocaciones, hasta que finalmente los atrapó y jugaron a las peleas en el cuarto de baño, mientras se desnudaban el uno al otro para entrar en la ducha. Estando ya desnudos, entraron los tres en la ducha y el padre los fue jabonando, primero a Pedro y después a Maria. Los jabonaba a mano, como toda la vida, sin esponjas ni nada por el estilo, aplicando la espumita por todas las partes de su cuerpo, para que estuviesen bien limpias y perfumadas y después fue su turno. Los niños de 9 años jabonaron a su padre de la misma forma que éste se lo había hecho a ellos, sin ...
... dejar una sola parte del cuerpo por limpiar, incluso Pedro, imitando a su papito, le metió un dedo en el culete para que estuviese bien limpito mientras Maria limpiaba su pene y sus partes con el mismo objetivo. Tras la cena de nochebuena, degustaron dulces y cantaron villancicos. Los niños jugaban en el salón y los adultos apuraban las ultimas gotas de vino y licores. Cuando llego la hora de ir a la cama, la madre, acostó a los niños, pero con el calor que hacía y la excitación que tenían por la espera de los regalos del día siguiente no podían conciliar el sueño y jugaban en sus camas montando bastante jaleo. La madre, con cara de pocos amigos se encamino hacia la habitación con la firme intención de abroncar seriamente a sus hijos. Cuando abrió la puerta, se los encontró jugando a las peleas encima de una de las camas, en donde Pedro había inmovilizado a Maria, le había bajado el short de su pijama y atado las piernas con él y le estaba haciendo cosquillitas en los pies, a lo que Maria respondía con sonoras carcajadas. Cuando vio el percal, se enterneció y decidió que solo le quedaba una solución, una única salida para conseguir que sus hijitos consiguieran conciliar el sueño aquella noche. Una técnica tan ancestral como efectiva. Les contaría un cuento. Se metió con ellos en la cama, en medio de los dos y les preguntó por el tipo de relato que preferían, aventuras, fantasía, miedo o tal vez, esos especiales que solo a veces les contaba. Los niños volvieron a discutir, puesto ...