1. Las desventuras de Elena (7)


    Fecha: 09/03/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... decirle nada. Encontraba divertido dejar que la muy estúpida se ilusionara con una posibilidad de fuga y no la desalentó. En cambio le dijo:
    
    -Oíme, puta, vos trabajabas, ¿cierto?
    
    -Sí. –contestó Elena mientras sentía renacer en ella la esperanza de terminar con la pesadilla que estaba viviendo.
    
    -¿Dónde?
    
    -En una oficina del Gobierno.
    
    -¿Tenías muchos compañeros?
    
    -Cuatro
    
    -¿Los conocías bien? ¿hablabas mucho con ellos?
    
    -Sí, hablábamos.
    
    -¿Y sabés dónde vivían? ¿en qué barrios?
    
    Elena pensó un momento y luego contestó:
    
    -Eh... Mario en Caballito... Norma en Boedo, Marcelo en Villa Urquiza y Roberto en... en San Telmo...
    
    -Vamos a ver, Caballito, Boedo, Villa Urquiza y San Telmo, ¿es correcto?
    
    -Sí...
    
    -Bueno, puta, nos veremos a la tarde, cuando venga a prepararte para esa salida. –dijo la guardiana, y luego de tomar la bandeja se retiró dejando a la esclava sumida en pensamientos ilusionados.
    
    .................
    
    Eran las cuatro de la tarde cuando, después de dormir una siesta, Wanda comenzó a revisar el placard donde guardaba la ropa que las esclavas vestían al momento de su captura. Echó cada atuendo sobre su cama y se dijo que el de Marcela, la mamita, le quedaría bien a Elena, ya que ambas tenían una contextura física muy similar. Se trataba de una blusa blanca sin mangas, un chalequito corto de hilo negro y una pollera del mismo color, no muy ajustada. Como calzado servirían los zapatos de Elena, que eran negros también y de tacos muy ...
    ... altos.
    
    Tomó el conjunto y se encaminó a la celda de la esclava. Cuando entró, Elena reposada echada de espaldas en el camastro.
    
    -Parate, que vas a probarte el vestuario para salir.
    
    La esclava obedeció rápidamente, impulsada por esa esperanza que no había dejado de sentir desde que supo que iban a sacarla de paseo.
    
    Se puso la blusa, luego la falda y finalmente el chaleco, experimentando una intensa emoción al estar nuevamente vestida después de tanto tiempo de andar desnuda como un animal.
    
    -Mhhh, te queda muy bien esa ropa, putona. Ahora quitátela que vas a tomar un baño. Vamos, seguime.
    
    Una vez en el cuarto de baño Elena advirtió que debería soportar nuevamente el ritual de la enema, y reaccionó:
    
    -¡¿Por qué la enema?!
    
    Wanda le dio una bofetada.
    
    -¡No vuelvas a abrir el hocico!
    
    Elena se llevó una mano a la mejilla golpeada y optó por morigerar sus impulsos para no arriesgarse a sufrir un castigo mayor.
    
    Mientras el agua iba inundándola se dijo que si le ponían una enema era porque sería usada, pero eso no afectó sus expectativas de fuga.
    
    "Estaré en la calle, entre la gente..." –se dijo para darse ánimo.
    
    Poco después Wanda la metía en la bañera.
    
    -Enjabonate bien por todos lados. Ahí en la repisa están el champú y la crema de enjuague.
    
    Mientras Elena se higienizaba bajo la ducha tibia Wanda no cesaba de mirarla, o mejor dicho, de comérsela con los ojos.
    
    "Qué hembra... ¡qué pedazo de hembra es!..." –se decía conteniendo con esfuerzo el ...
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