1. Las desventuras de Elena (7)


    Fecha: 09/03/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... estimulando así la crueldad de ambas mujeres.
    
    -Bueno, vamos, ya vio suficiente. –dijo Julia, y Wanda reanudó la marcha con destino a las oficinas del Sumo Regente, con Elena llorando a mares tendida de costado en el asiento.
    
    Poco después, a la hora convenida para la cita, la carcelera dejaba el auto en una playa de estacionamiento cercana. Entre ella y Julia bajaron a Elena, que tenía los ojos enrojecidos de llorar. Finalmente y a pesar del tremendo y doloroso impacto emocional sufrido, se la veía agotada por tanto llanto y presa del efecto que el poderoso sedante continuaba haciendo en ella.
    
    Entre Wanda y Julia la condujeron tomada de ambos brazos hasta la puerta del edificio y allí la guardiana oprimió el portero eléctrico.
    
    -¿Sí? –dijo una voz de mujer.
    
    -El señor nos espera, soy Wanda.
    
    De inmediato sonó la chicharra indicadora de que la puerta podía abrirse. Wanda lo hizo y se apartó para dejar paso a Julia con su esclava.
    
    Muy poco después ingresaban a las oficinas recibidas por la secretaria, que se fijó en Elena y después dijo:
    
    -Siéntense, por favor, ya le aviso al señor.
    
    -Gracias. –contestó Julia y después de acomodar a Elena en uno de los sillones le preguntó a la carcelera:
    
    -¿Esa chica tiene que ver con El Club?
    
    -No. –fue la respuesta. –El Sumo Regente no mezcla las cosas. Aquí es sólo un poderoso empresario. Esa chica ignora lo otro.
    
    Un instante después la secretaría regresaba para acompañarlas al despacho del Sumo Regente, que ...
    ... estaba sentado a su escritorio y se incorporó para ir al encuentro de las visitantes.
    
    Lucía impecablemente vestido, con un traje gris oscuro de muy buen corte, corbata de un tono rojo pálido, camisa blanca y zapatos negros.
    
    Luego de saludar a Julia y a Wanda clavó sus ojos penetrantes en Elena, que seguía sujeta por las dos y con la mirada un tanto perdida.
    
    -La trajeron dopada...
    
    -Sí. –contestó Julia. –Por seguridad, naturalmente.
    
    -Comprendo. Échenla en el piso y siéntense, por favor. –dijo el Sumo Regente señalando un sofa para después ocupar un sillón frente a ellas, con Elena en el medio tendida sobre la alfombra.
    
    La posición en que estaba, de costado y con una pierna semiencogida, daba realce a la de por si amplia cadera. El Sumo Regente estuvo observándola durante un momento y después dijo:
    
    -Su hembra supera mis expectativas, Julia. Aún no la he apreciado desnuda, pero puedo darme cuenta de que es un espléndido animal.
    
    Julia sonrió, halagada:
    
    -Gracias, señor, y no hace falta que le diga que mi perra es toda suya, si lo desea.
    
    -Vayan desnudándola y sáquenle la mordaza mientras despido a mi secretaria. –dijo el Sumo Regente poniéndose pie.
    
    Cuando regresó, ambas tenían a la esclava ya sin ropas y tendida de espaldas. El Sumo regente avanzó lentamente hacia ella, se detuvo a su lado y estuvo mirándola un buen rato mientras Elena gemía débilmente
    
    -Pónganla de pie. –ordenó.
    
    Julia y Wanda se apresuraron a alzarla y la sostuvieron ante el ...
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