1. Las desventuras de Elena (7)


    Fecha: 09/03/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... pertenecía a un mundo sórdido y perverso.
    
    De pronto escuchó como desde lejos que su Ama y Wanda hablaban de detenerse a tomar algo. Poco después Wanda encontró un sitio libre para estacionar. Sacaron a Elena del vehículo y sosteniéndola entre las dos caminaron unos metros hasta una confitería con mesas en la vereda. La sentaron y cuando vino el camarero Julia ordenó dos gaseosas con tostados de jamón y queso para ella y Wanda.
    
    -¿La señorita va a pedir algo? –preguntó el hombre mirando a la esclava.
    
    -Para ella nada, gracias. –contestó Julia.
    
    Echada contra el respaldo de la silla, Elena miraba pasar a la gente mientras oía el rumor de conversaciones en las mesas vecinas, todo con una percepción sensiblemente afectada por el sedante. El camarero había traído las gaseosas y los tostados y Wanda y Julia hablaban de ella, que las escuchaba en actitud obligadamente pasiva.
    
    -Tengo curiosidad por lo que pasará con el Sumo Regente. –decía Julia en ese momento.
    
    -Te confieso que yo también, querida. El viejo es muy perverso y no tengo dudas de que tendremos una reunión muy interesante.
    
    -¿Querrá cogérsela?
    
    -Eso no lo sé, pero conociéndolo puedo asegurarte que no nos vamos a aburrir.
    
    Poco después, ambas terminaban de comer y beber, alzaban a Elena y la llevaban de regreso al automóvil.
    
    Ya en marcha Julia dijo:
    
    -Tengo una idea.
    
    -Contame.
    
    -Yo te guío. Vamos a ir a cierto lugar.
    
    -Wanda la miró intrigada y vio en el rostro de Julia una expresión ...
    ... cruel.
    
    -¿En qué estás pensando?
    
    -Ya lo vas a saber. Será divertido. –se limitó a decir Julia con una sonrisa malévola.
    
    Wanda condujo siguiendo las indicaciones de Julia y poco después llegaron al barrio de Flores. Parajes conocidos para Elena, que al advertir, sorprendida, donde se encontraban, comenzó a sentirse agitada por sensaciones dolorosas "Mi... mi barrio..." –se dijo mirando a través de la ventanilla con los ojos muy abiertos y el corazón oprimido por una intensa angustia.
    
    -Doblá a la derecha. –indicó Julia cuando habían dejado atrás la plaza sobre la avenida Rivadavia. Wanda lo hizo y dos cuadras más adelante la esclava, moviéndose convulsivamente en el asiento, llevó sus manos a la manija de la puerta, tirando de ella en un vano intento de abrirla mientras la carcelera, por indicación de Julia, disminuía la velocidad del auto.
    
    -Ahí, ¿ves?, en ese edificio de frente beige con puerta de madera marrón vive mi perra, en el quinto piso a la calle. –le dijo el Ama mientras dirigía la vista hacia el balcón indicado y Elena seguía con sus vanos intentos de abrir la puerta. Su boca, sellada por la mordaza metálica emitía gruñidos roncos, desesperados, ante las risitas burlonas de las otras dos.
    
    Wanda estacionó el auto junto al cordón, giró el torso hacia atrás y dijo:
    
    -Dejá de intentarlo, perra estúpida. Las puertas están trabadas electrónicamente.
    
    Elena lloraba y gruñía al mismo tiempo, echada sobre la puerta y con su mano crispada sobre la manija, ...
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