Mis amores, mis gemelas, mis hijas - Relatos Eróticos

Mis amores, mis gemelas, mis hijas

Todo comenzó hace 27 años cuando nacieron mis hijas, dos gemelas hermosas, Sofía y Camila. Cuando ellas nacieron, al dar a luz mi esposa falleció entonces tuve que hacerme cargo de mis gemes, haciendo de madre y padre al mismo tiempo, cosas de mujeres creo saber bastante, ya que nací entre ellas, madre y cuatro hermanas. ÚNICO VARÓN!!!!! aparte de mi padre, por supuesto. Sigo, las crié lo mejor que pude, dándoles una buena educación, hasta les explique cuando llegó el momento los inconvenientes y los cuidados que debían tener durante la menstruación y todo los referente a lo que les sucede a las mujeres cuando llegan a cierta edad. De mientras, yo ocupado con esto y por el gran amor y respeto que tenía por mi esposa y por mi trabajo tanto para llevar comida a casa y el trabajo en criar a mis adorables gemelas, no me hice tiempo para reconstruir mi vida y no que sea de mala presencia porque lo mío lo tengo, me cuido algo, aparte con 1. 95 metro, 95 Kg y sin la molesta panza que solemos tener los que llegamos a cierta edad que ahora estoy pisando los 49 años, por otra parte feo no soy, creo, pero en el momento de lo que les voy a contar tenía 33 años. Vamos de lleno a lo que les quiero contar, comenzó una noche que como todas las noches pasaba por la habitación de mis hijas las arropaba y les apagaba la luz si estaban dormidas. Las observo a cada una aparentaban estar ya en profundo sueño, apago un velador y cuando voy ha apagar el otro, me sorprendió un perfume que hacía ...

... muchos años no sentía el que me excito muchísimo; Sofía, se estaba masturbando y que al sentirme se había quedado quieta, me senté a su lado al ver sus movimientos nerviosos y le pregunté que le estaba pasando, yo sospechando de lo que hacía, y como siempre el dialogo con mis gemes fue fluido y sin tapar nada, empezó a contarme casi al susurro, lo que había sucedido con un chico que le gustaba en la salida de la escuela, a esto yo también le susurré, que porque no íbamos a mi habitación para charlar mejor y así no despertar a su hermana, lo que ella accedió. Temblorosa por lo que estaba haciendo, nerviosa por no haber podido terminar con su satisfacción me acompaño, pero cuando me di cuenta lo único que tenía puesto era su bombachita, diminuta, y se podía ver que ya era una señorita, casi como se diría y recuerdo un calco de su madre; hermosas tetas de tamaño medio, la cola bien formada y dura, claro tonto de mi ya tenían 12 años, el cabello rubio largo casi hasta la cintura, tez blanca y unos ojos celestes verdosos que cualquier fulano en la calle se debe infartar al verla y yo la tenía desnuda para mi, pero es mi hija Sofía, pero la verdad esta súper apetecible y la otra debe ser igual me dije, lo que le comenté sos igual a tu madre o lo que ella me dio las gracias. Llegamos a mi habitación cerré la puerta para poder charlar tranquilos, ella se sentó sobre la cama y comenzó a contarme que había visto una pelicula que la hab{ia excitado, y observé que con una de sus manos había ...