Mis amores, mis gemelas, mis hijas - Relatos Eróticos

Mis amores, mis gemelas, mis hijas

... sentir su lengua no aguante mas y corrí toda mi descarga que tenia desde hace mas de dos años, se la sacó de la boca y me dijo "Que rico que es". "Si te gusta, límpiamelo con tu lengua", lo que mi Sofi lo agarró con una de sus manos y le paso la lengua desde la punta hasta los huevos y desde los huevos hasta la punta, igual que lo hacía su madre. Nos quedamos acostados descansando y tocándonos y sentí que su mano buscaba mi casi fláccido pene, le pregunté "Queres más?". "Si papito querido, lo quiero para siempre" me contesto. "Entonces te voy hacer sentir mas placer, acostate boca abajo entonces". a lo que ella sin mas se puso boca abajo y empecé a besarle el cuello la espalda a acariciarla y cuando llegué a su cinturita le pedí que entre abriera las piernas, magnificas por cierto bien torneadas y sin ningún gramo de celulitis, comencé a acariciar sus glúteos y los entreabrí para seguir mi viaje con la lengua hasta su ano, mientras ella comenzaba a jadear e incluso esbozo un gemido anunciando haber tenido un placentero orgasmo, yo pasaba mi lengua por ano y le metí primero un dedo, a lo que mi chiquita quiso dar un grito y en un susurro le dije "No te asustes, no pasa nada, papá está acá" y seguí luego metí dos dedos y ya estaba mas cómodo hasta que pude meter tres y entonces los saque, me arrodillé detrás de ella la hice que se pusiera en cuatro y comencé a penetrarla muy despacio hasta que entró la cabeza y después de un viaje hasta los huevos y cuando, ella, iba a pegar ...

... un alarido de dolor puse mi mano sobre su boca y le repetí . "No te asustes, no pasa nada, papá está acá y te esta haciendo el amor", continué entrando y saliendo, ya con su boca suelta gemía un poco por el dolor y otro por el placer que le causaba sentir que le estaba envainando mi pija y sentí de nuevo un pequeño grito ahogado pero porque estaba teniendo un orgasmo a lo que yo al sentir eso aceleré mi bombeo y acabé adentro de su culo con todas mis fuerzas en el preciso momento que los dos caíamos hacia delante y yo todavía adentro de la colita de mi bebe, que ahora ya era mi mujercita. Retiré mi pene de la cola de Sofi y nos abrazamos y charlamos de lo que había pasado, a lo que me pregunta que iba a pasar si Camila se enteraba de esto, le contesté que estaba pensando hacer lo mismo con mi otra nena para que no se sintiera celosa, pero que ella me tenía que ayudar, entonces comenzamos a crear una historia, creíble, sobre lo que había pasado, y que se lo contara esa misma noche como si todo eso lo hubiese soñado y que le dijera que se masturbara tranquila y mientras ella, Sofi, dormía; entonces yo la llevaría a mi habitación y la haría mujer como lo hice con ella y así poder pasar momentos de sumo placer cuando nos acostáramos los tres juntos. Sofi, mi mujercita, mi cómplice del sexo, esa madrugada le cuenta el supuesto sueño a su hermana, fue tan creíble y excitante que hasta yo que estaba escuchando detrás de la puerta comencé a excitarme también y hasta casi me voy en ...