1. La apuesta de Carolina (primera parte)


    Fecha: 11/03/2018, Categorías: Intercambios Autor: Carpe_Diem, Fuente: CuentoRelatos

    ... relajó y su lengua entro un par de centímetros, Durante este tiempo no hubo preguntas, Roberto notaba que Carolina se demoraba, ésta no podía pensar, no quería pensar, le daba igual lo que Roberto quisiera hacer con ella siempre que siguiera con aquel placer, le gustaba mucho el sexo oral, nunca habían tenido sexo anal aunque habían tonteado con ello y Roberto siempre expresaba su intención de hacerlo, ¿no sería eso lo que pretendía Roberto si ganaba? Carolina esperaba que no, no se sentía preparada, al menos eso era hace cinco minutos, ahora mismo estaba dispuesta a ello, pero se defendería diciendo que era un límite infranqueable, algo que nunca habían hecho, aunque si Roberto ignoraba su reticencia no se quejaría.
    
    Siguieron así un rato, cuando Roberto entendió que Carolina no quería seguir adivinando se sintió ligeramente decepcionado, quería que Carol ganase por sus propios medios, sin dejarla ganar, pero que se rindiera no era propio de ella, seguramente estaba recibiendo mucho placer, le gustó pensar eso, después de todo era el objetivo, soltó su nalga derecha, sin dejar de introducir su lengua en el ano de Carolina y jugar con él, la mano izquierda apretaba ahora el culo de Carol de vez en cuando, a veces suavemente, otras veces con fuerza, Carol se dejaba colgar de la brida, sentía el frío de la puerta del coche en el vientre donde se apoyaba, el aire frío que le mecía el cabello y endurecía la saliva en torno a sus pezones, provocando una sensación de rigidez, ...
    ... jadeaba y gemía y se sentía en el cielo, entonces se incorporó de golpe, un pequeño golpe en su vagina la hizo tensarse de nuevo, seguido de otro, y de otro... Roberto golpeaba con la palma de su mano toda la vagina de Carol, en intervalos rápidos, alternaba entre una sucesión constante de palmadas, luego paraba unos segundos y volvía a la carga de un modo aleatorio, y volvía a empezar, así estuvo un rato, mientras tanto Carolina se revolvía, gemía con mayor intensidad, miraba en todas direcciones, o lo intentaba, porque su mirada le traicionaba, sus ojos se tornaban, o se cerraban sin su consentimiento, notó que había elevado el tono de sus jadeos y gemidos, tuvo miedo de que alguien la descubriera, y sobre todo, estaba ardiendo de deseo.
    
    —Aaah! cariño, mi señor, hazme el amor por favor, no puedo más...
    
    —Eso no va a pasar, hasta que se haga tarde, seguiremos así... una hora más por lo menos. —¡Una hora! no podría soportarlo, no se iba a correr porque Roberto jugase con su lengua en su culo, y las palmadas en su coño no eran suficientes, necesitaba un contacto prolongado, tal vez se corriese en media hora a este ritmo, pero no podría soportarlo, aguantó dos o tres minutos antes de empezar a suplicar de nuevo.
    
    —Cari, cari, —decía rápidamente—para por favor, hazme lo que quieras, pero no sigas así una hora que no puedo más —Soltar aquellas palabras de un modo comprensivo entre jadeos y palmadas en su coño le costaba un tremendo esfuerzo, los dedos de sus pies llevaban ...
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