La apuesta de Carolina (primera parte)
Fecha: 11/03/2018,
Categorías:
Intercambios
Autor: Carpe_Diem, Fuente: CuentoRelatos
... rato flexionados hasta el límite de sus fuerzas, sus manos se agarraban al asidero superior donde estaban atadas, no le cabían más de tres dedos de cada mano y los alternaba, pero apretaba con fuerza, aunque sin necesidad.
— ¿qué? ¿qué te haga lo que quiera?
—¡SI CIELO!, ¡pero para de hacer eso que no puedo Más!
—Ya te hago lo que quiero, ¿qué más me puedes ofrecer?
Carolina sabía que era lo que Roberto quería oír, o eso creía.
—¡ACEPTO! ¡voy a ser tuya este fin de semana!
—hmmm. —Roberto se detuvo de pronto, y comenzó a masajear con dos dedos, muy suavemente y con lentitud, el clítoris de Carolina, que se retorcía, intentando escapar de aquel placer que ahora era demasiado para ella. —Debería castigarte, por atreverte a darme órdenes, por intentar manipularme para salirte con la tuya, no se me ocurre nada más pero seguro que te has portado peor que eso en los últimos minutos, deberías haber mantenido el control, de todos modos, has perdido el juego, has gritado. ¿qué hago ahora contigo? he parado, así que serás mía el fin de semana ¿verdad? —Roberto se apartó del clítoris de Carol uno par de centímetros, preparado para volver a atacar.
—Por favor suéltame y fóllame como siempre aquí en el coche, necesito correrme —La respiración de Carol se había acelerado mucho y era entrecortada, Roberto pellizco el clítoris de Carol arrancando de ella un grito, era de placer, pero esta vez fue tan alto que los dos se asustaron e incluso Roberto se paró para observar ...
... a su alrededor, por supuesto no había nadie, cuando se hubo asegurado volvió a pellizcar el clítoris de Carol, despacio sin asustarla.
—Fóllame... ¿qué más?
-... mi señor... —un nuevo pellizco que la provocaba oleadas de placer y de agonía.
—mi señor... ¿qué?
—Fóllame mi señor... por favor.
Un nuevo pellizco, con fuerza esta vez, dolió un poco, pero la hizo gritar de placer —Más alto, preciosa zorrita, que te oiga bien el viento, aquí no hay nadie más, si no es lo bastante alto a la primera te seguiré haciendo esto por otros... cinco minutos, y luego te daré una última oportunidad de gritar.
Carolina miró alrededor, vaciló y se llevó otro pellizco, pero este lo esperaba, gritó tan alto como hacía un momento cuando ambos se asustaron, fue un tono como el de una persona que habla en una discoteca.
—¡Fóllame mi amo!
Roberto no estaba satisfecho, se lo dijo, esperaba un verdadero grito, una súplica real, ahora le esperarían cinco minutos de agonía, y después lo repetiría más alto, como un grito, mientras Roberto volvía a hundir su lengua en su ano y palmeaba una y otra vez su vagina Carolina se corrió, entre jadeos y gemidos, entonces Roberto paró, no habían transcurrido los cinco minutos, pero Carolina había llegado al orgasmo más potente que Roberto creía haber sentido en ella, estaba orgulloso, pero no pensaba acabar ahí.
—Grita o me pasaré cinco minutos masajeando tu punto débil para que aprendas a gritar como la linda zorra que eres.
Carolina se ...