Chantaje o placer VI
Fecha: 13/03/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: sireleo, Fuente: CuentoRelatos
... el grado de excitación de Ana era tal que a los dos minutos agarró con fuerza a su cuñada de la cabeza y casi asfixiándola se la pegó al coño, diciéndole: “Perra me corro, me corro en la perra de mi cuñada”, soltando un grito que se tuvo que sentir en todas partes.
Su corrida fue tal que se tuvo que sentar en el suelo, pero antes le ordenó a su cuñada que quería el coño limpio por si a su Señor le apetecía usarlo, a lo que Yolanda, sin hablar, se amorró otra vez al coño de Ana, y se lo dejó limpio, pero era tal el grado de excitación de Ana, que empezó a gemir y a gritar que se corría otra vez, que siguiese que no se lo ocurriera parar, volviéndose otra vez a correr, pero esta vez, para que no chillase como antes le metí la polla en la boca, cosa que ella no esperaba, pues tenía los ojos cerrados, pero al abrirlos sólo sonrió y empezó a lamer y chupar mi polla, que ya sí que estaba otra vez a punto de estallar con el espectáculo que me habían dado las dos zorras. Como no me quería correr en su boca, la levante y me la llevé a la cama, tirándola en ella y ordenándole que se pusiese a cuatro patas, que me la iba a follar como a una perra, MI perra, y a su cuñada le dije que me siguiese pero a cuatro patas y nada de tocarse, que sabiendo lo puta que es ya debía de estar casi a punto de correrse, a lo que me miro y me dijo “sí, mi Señor, esta puta, su puta, lo está deseando, pero esperara a lo que mis Señores ordenen”, la verdad es que eso me la puso más dura aún, pues ella ...
... había aceptado su condición de sumisa ante Mí y su cuñada.
Cuando entré en el dormitorio, Ana ya estaba en la cama y tal y como la había dejado, así que me puse detrás de ella y se la metí en su coño, y empecé a follármela fuerte azotándole el culo con fuerza, me gustaba ver cómo se le pone rojo mientras me la follaba, y ella sólo decía que siguiera, que le encantaba sentir la mano de su Amo en su culo o en cualquier parte de su cuerpo, a los poco minutos, ella empezó otra vez a resoplar y a gemir como la perra que es, y yo para evitar otra vez los gritos, le ordené a su cuñada que se subiera a la cama y que le pusiera el coño a Ana en la boca, pero que lo hiciera fuerte para que no se sintieran sus gritos. Mientras yo seguía follándomela y azotándola a la vez, haciéndole sentir mi poder, ella dejando de chupar el coño de su cuñada durante un momento, volvió la cara, qué cara de perra en celo que tenía, y me pidió permiso para correrse porque no aguantaba más, a lo que yo le conteste que sí, que yo también me iba a correr, y empezó a convulsionar todo su cuerpo, a gemir como podía, pues su cuñada la tenía bien cogida de la cabeza, y cuando empezó a tranquilizarse, pero sin dejar de comerle el coño a su cuñada, yo me salí de ella y empecé a correrme en su espalda. Me levanté y le dije que su cuñada se había ganado el correrse, pero no hizo falta que terminase de decirlo pues Yolanda también empezó a correrse como la zorra y perra que era.
Ana, tumbándose en la cama del ...