Extorsión a una mujer casada (Parte 03)
Fecha: 12/07/2017,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Stoner, Fuente: CuentoRelatos
... de correa. La mamá de Pablo se sorprendió tanto como yo al ver aquello.
- No te asustes, Vicky – le dijo Héctor – es un regalito para vos.
Victoria, inmovilizada por el temor, no se resistió a que Héctor le colocase el collar alrededor de su cuello y le abrochase al mismo la cadena. La señora nos observaba sin comprender bien todo aquello. Héctor le ordeno que regresara a lo suyo, y cuando ella giró para dirigirse a la cocina, mi amigo le dio una sobradora palmada en las nalgas que la hizo agachar su cabeza, humillada.
Instantes después, Victoria regresó, desnuda como se había ido, con dos latas de cerveza sobre una bandeja y no las ofreció. Luego se dirigió hacia la mesa, dejó sobre ella la fuente y volvió a su lugar. Con uno de sus brazos intentaba cubrir sus gordas tetas.
- Vení para acá, putita – le ordenó Víctor.
Victoria amagó con protestar, pero se lo calló y avanzó hasta nosotros.
- Arrodíllate – le indicó mi amigo. Victoria obedeció. Entonces Héctor le alcanzó su lata de cerveza recién abierta y le ordenó que tomara. La señora se negó diciendo que no tomaba alcohol. Mi amigo le dijo que eso no le importaba. La mamá, resignada, empuñó la lata y tomó un trago e hizo un gesto de desagrado.
- ¿Vos sos ama de casa, no? – Preguntó Héctor -, ¿eso quiere decir que te encargas de las cosas de la casa?
Victoria asintió en silencio. Héctor la obligó a seguir tomando hasta terminarse la lata, lo que la señora hizo sin disimular su aversión.
Entonces ...
... mi amigo se dirigió al modular y tomó un plumero. Regresó y le indicó a la señora que se pusiese en cuatro patas. Luego soltó un espeso gargajo sobre su culo y le introdujo la punta del plumero en el ano. La señora dio un respingo y soltó una exclamación de dolor. Una lágrima rodó por una de sus mejillas. Entonces Héctor le ordenó que se diese vuelta, sin levantarse, y me mostrara el culo. Victoria giró despacio sobre sus rodillas y así pude ver su culo, ensartado por el palo del plumero.
Héctor regresó al sillón y le dijo que se pusiese a “plumerear” el modular. Victoria se incorporó lentamente, caminó rígidamente dando cortos pasitos hasta el mueble, se dio vuelta hacia nosotros y empezó a mover su gordo culo, humillada, pasándole el plumero al mueble. Empezó a lagrimear en silencio, consciente de la degradación a la que la estábamos sometiendo.
Pero luego de un rato de hacer eso, la señora empezó a decir que se sentía mareada. Empezó a transpirar. Corrí hasta ella y la sostuve.
- La cerveza - balbuceó –, voy a vomitar…
La tomé de la cadena del collar y la llevé rápidamente al baño. Héctor me siguió. Una vez allí, la hicimos arrodillar frente al inodoro y Victoria comenzó a vomitar, abrazada a la taza, con el culo parado y el plumero enhiesto apuntando hacia arriba.
Entonces mi amigo, relamiéndose, se desabrochó los pantalones, se arrodilló tras ella empuñando su carajo parado, retiró el plumero, escupió el fruncido ano de la señora y guio su verga con su dedo ...