1. Secretos entre Primos (Parte 2)


    Fecha: 19/03/2018, Categorías: Incesto Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues

    ... Pablo entró en mi cuerpo con el toque de rudeza que lo caracterizaba. -Podría estar todo el día dándote por el culo -susurró muy cerca de mi nuca. Giré mi cabeza y los vi besándose y tocándose mientras Pablo me embestía. Noté la maestría y confianza con la que Pablo masturbaba a Federico, como si conociera esa verga de toda la vida. Sus embestidas eran rápidas y cortas, a la vez que con su mano recorría mi cuerpo. Cruzó sus brazos bajo mi vientre y, con un pequeño esfuerzo, me giró dejándome mirando hacia arriba. Una lluvia de sensaciones recorrió mi cuerpo al girar de esa forma con su verga dentro. Él sólo sonrió complacido. Continuó unos segundos más, hasta que se derramó dentro de mi. Salió exhausto y se acomodó en el rincón para ver en acción a Federico. Mi culo palpitó derramando un poco de la viscosidad de Pablo y esperó expectante a que el nuevo intruso se hundiera. Ahogué un gemido cuando por fin estuvo dentro de mí. Los movimientos de Federico eran mil veces mejores que los de Pablo, se notaba el interés de su parte para que yo gozara como nunca antes. Sus besos en mi espalda me transportaban a hermosos lugares. Por momentos salía de mí y con su lengua jugaba con mis testículos o mi pene llevándome al éxtasis. Le supliqué para que me dejara correrme, y comenzó a taladrarme como si no hubiera un mañana. Su mano abrazó mi miembro y lo sacudió con rapidez. Mis piernas se movieron nerviosas y los dedos de mis pies se retorcieron de placer. Convulsiones se apoderaron ...
    ... de todo mi cuerpo y comencé a correrme de forma desesperada. Federico me observó atentamente y, cuando terminé de eyacular, sacó su pene apuntando hacia el charco que había formado mi leche en mi abdomen. Su glande estaba de un rojo intenso, completamente húmedo y viscoso. Se masturbó frente a mí y entre gritos y gemidos, me bañó con su néctar. Cayó sin fuerzas a mi costado. Sonreí complacido y me acurruqué junto a él. Su brazo me envolvió y me susurró unas tiernas palabras. Descansamos unos segundos hasta que Pablo se nos subió encima interrumpiéndonos. Con su dedo recogió un poco de la mezcla de semen que había en mi abdomen y lo juntó con una gota que aún quedaba dentro de su pene, para luego llevarlo a mi boca. -Esto te hará sano y fuerte –me dijo-. Come. Sin esperar respuesta me enterró el dedo en la boca. El sabor salado se esparció por mi boca y lo tragué sin pensarlo más. Nos quedamos comentando lo sucedido por unos minutos más, hasta que Pablo (otra vez) nos interrumpió. -Estoy listo para otra ronda –dijo. Bajé la mirada y le vi su verga palpitando y dura. -Estoy muy cansado –le dije. -Anda, no seas así -susurró en mi oído-. Federico igual quiere. En efecto, Federico estaba igual de duro otra vez. -No es necesario, Jorgito. Haz tenido mucho por hoy, descansa –me dijo. -Si es necesario -atacó Pablo-. Yo aún estoy duro. -Lo siento, pero no es mi problema –le dije de forma desafiante. -Sí que lo es –Se puso de pie y se lanzó sobre mi-. Tu vas a querer cada vez que yo ...