1. En los urinarios del cole


    Fecha: 12/07/2017, Categorías: Masturbación Autor: Odiseo2018, Fuente: SexoSinTabues

    Pongo aquí otro relato sobre circunstancias que te ocurren de joven y que no te lo esperas. Han pasado años después del anterior relato. Entonces era yo el aprendiz y alucinaba con el pene adulto de los demás, y ahora el que tiene el pene adulto era yo, y los que alucinaban eran otros. Entonces, con 10 años, era yo el que masturbaba a otros. Ahora era yo, con 15 años, el que se dejaba masturbar por otros. Pero yo no lo buscaba. En clase siempre estaba el grupito de pajeros que no se cortaba y se pajeaba sin pudor al final de clase tapándose solo con un libro. O en el salón de actos o en cualquier reunión en un aula grande. Se juntaban los mismos, se sacaban la polla y se la meneaban. Yo no era de ese grupo porque algo de pudor guardo: las pajas me las hago yo en privado. Pero tenía amigos de ese grupito desvergonzado, y estaba muchas veces junto a ellos cuando ellos se la sacaban y hacían competiciones entre ellos mientras se pajeaban. Y todo esto, poniendo alguna película en el salón de actos, o dando una charla algún profesor o en otras ocasiones. Por supuesto, no atendíamos a la charla, jajaja. Ya lo he dicho, que aunque yo no formara parte del grupito pajero, sí iba con ellos alguna vez. Narro ahora este sucedido: Vamos a los urinarios públicos del cole en el recreo entre el horario de la mañana y el de la tarde. Muchas veces ellos iban a mear y a pajearse, aunque en el urinario entrasen otros niños y otros chicos. Yo mismo muchas veces les he visto pajearse cuando iba ...
    ... a mear. Los veía, meaba y me iba. Ya los conocía. Se les notaba porque siempre estaban riendo. Algunas veces estaban más excitados sin reírse (cuando se iban a correr). El caso es que, cuando se reían se les veía la polla tiesa, cómo se las enseñaban entre ellos. Y al mismo tiempo, otros niños entrando y saliendo del urinario. En estos casos, se intentaban tapar un poco o disimular como si estuvieran meando. Pero siempre habría algunos niños que eran atraídos por ellos: “- ¡Eh, chaval!, ven acá”. Algunos chavales acudían y veían como se pajeaban. Algunos salían corriendo entre risas, pero otros se quedaban mirando e incluso participando (les agarraban la polla y daban un par de sacudidas). Pues esa vez, uno de esos niños que ya conocían a los pajeadores, quería agarrar la polla de ellos, pero yo estaba más cerca, que había ido a mear y va y hace ademán de agarrar mi polla, que empezaba a mear y estaba flácida. El primer intento del niño es infructuoso porque yo quería mear, pero al segundo me dio no-se-qué y le dejé que agarrara mi polla. Quizá no quería quedar como un mojigato ante todos o un mariquita que no quiere que le pajeen (entonces era de muy macho que alguien te pajeara, y sería ridículo rechazarlo). El caso es que, al dejar que otra mano pequeña agarrara mi pene, me dio un pequeño escalofrío, y el pene empezó a crecer. Eso le debió gustar de ver al niño que se quedó a mi lado aunque otros pajeros le llamaban para que les pajeara a ellos. Pues eso: una vez mi polla ...
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