En los urinarios del cole
Fecha: 12/07/2017,
Categorías:
Masturbación
Autor: Odiseo2018, Fuente: SexoSinTabues
... estuvo erecta, el niño la agarraba y arriba y abajo su mano por mi polla. Al mismo tiempo me moría de vergüenza como que estaba orgulloso de que me consideraran mis amigos pajeros como a uno más. El caso es que, era imposible tapar mi polla, que una vez grande y tiesa, era bastante visible para los demás. Entraban otros niños a mear, y…. ¡me estaban mirando!. El niño que me pajeaba debía disfrutar de la visión, porque seguía dándole, que yo ya pensaba que me iba a tener que correr en el urinario dejándole hacer al chaval. Y, cuando no quedaba mucho y mi polla estaba supertiesa, los otros amigos pajeros que no paraban de reclamar al niño que fuera junto a ellos, porque ya había estado mucho tiempo conmigo, y porque tampoco podíamos estar tanto tiempo en el urinario (había otras cosas que hacer en el cole y quedaban pocos minutos de “regocijo”), pues el niño fue a los otros a pajearlos, pero solo dio dos sacudidas a cada uno y se fue. Yo, al ver al uno de los amigos pajeros que se empezaba a guardar su polla, hice lo mismo con la mía. Aunque estaba tiesísima y bastante evidente, me la guardé como pude y nos tuvimos que ir saliendo del urinario. Estábamos todos calientes porque no nos habíamos corrido en el cuarto de baño. Pero la vuelta a clase fue calmando mis ánimos y la erección empezó a menguar. Los ...
... guarros de mis amigos, en las últimas filas de clase decidieron que ese semen guardado en sus huevos no era sano retenerlo y terminaron echándolo en el suelo de la clase. Yo, ni de coña me iba a pajear en clase, aunque el profesor estuviera sentado en su sillón. ¿Y qué consecuencias trajo esto? Pues que varios niños días después me dijeran al oído que si les podría enseñar mi polla. Yo alucinaba con la indiscreción de unos niños a los que ni había visto. Pero, a la segunda insistencia, me salió una sonrisita. Eran como yo en el primer relato, tendrían unos 10 años. Pero no quería hacerlo en ese momento. Les dije que de uno en uno se lo mostraría otro día. Y, al día siguiente, un niño solo se me acercó reclamando su turno, y con él me encaminé al WC, mejor encerrados tras una puerta que a la vista como en el urinario. Como el niño era más pequeño que yo, pues no me dio mucha vergüenza. Me saqué mi polla y dejé que hiciera con ella lo que quisiera. A diferencia del día del urinario, como estábamos en un WC privado, pues esa vez llegué hasta el final. Eché los lefazos y lo limpié con papel higiénico. Entonces, varios niños me pajearon, un par de veces cada uno. Supongo que hasta que consiguieran “la información” precisa de un pene adulto y cómo funciona, jajajaja, más o menos lo que hice yo 5 años antes.