1. Me cogió un hetero borracho en una licorería


    Fecha: 21/03/2018, Categorías: Gays Autor: alej97, Fuente: SexoSinTabues

    ... por lo oscuro del lugar. Aun así, se veía rico. —Claro que sí —respondí y no tardó un segundo en agarrarme por el pelo y meternos en un cubículo. Me lanzó al piso de un jalón. —Destácate pues. —Fue lo único que dijo. No aguanté dos pedidas y me lo metí en la boca de una. No me cupo todo, pero sí la mayoría. Era grueso, y con venas. Lo que noté es que botaba precum, lo que me chupé enseguida. No tardó en agarrarme por el pelo con una mano para marcar su ritmo. En su otra mano, tenía una cerveza a la cual le daba sorbos de momentos. Se lo chupaba lo mejor que podía pero todo estaba sucediendo muy rápido. Me lo sacaba de la boca, lo babeaba, luego le chupaba la cabeza un rato y después me atragantaba con todo. De pronto dijo algo que me dejó sin palabras: —Abre la boca Así lo hice y le dio un trago a su cerveza, la cual seguidamente escupió a mi boca, y sin dejarme siquiera tragar, me metió el guebo hasta la garganta. Luego lanzó la botella en la papelera y siguió dándome guebo por la boca. —Uff, así es que me gustan que sean; perritas mamonas. —¿Así? —preguntaba yo, mientras lo lamía de arriba abajo para luego tragármelo y recibir un “ahhh” suyo. Pensé que todo acabaría ahí, pero me paró de coñazo /de golpe, rápido/ y me dio la vuelta. No tardó cinco segundos en bajarme el pantalón y enseguida comenzó a mamarme el culo. De una solté un gemido de complacencia. —Ahhh —¿Te gusta, putica? —Siii, no pares. Por favor. —Qué zorrita eres. Ahora me vas a dar ese culo. Estaba tan ebrio ...
    ... que cedí sin poner peros. Todo era muy rápido. Y aunque él también estaba ebrio, creo que no perdía tiempo porque al igual que yo, sabía que nuestros amigos pronto se darían cuenta de nuestra falta. A estas alturas, no teníamos cinco minutos ahí. Así de rápido le di el culo a un hetero borracho; en menos de cinco minutos. Sentir cuando me entraba la cabeza me trajo de vuelta a lo que estábamos haciendo. —Ay, ay. Me duele. Está seco. —Cállate, que así se va a quedar. Aguanta como las putas. No dije más nada porque en cuestión de segundos ya el dolor me había pasado. Seguidamente el placer llegaba. —Ah, ah, ah. Así. —Decía yo. —¿Cómo? ¿Así? —Preguntaba él, dándome una embestida. Y otra. Y otra más. —Sí, así. Así. Ay, ay. —Pídeme guebo. —¿Qué? —preguntaba yo, entre los movimientos bruscos que estábamos teniendo. —Que me pidas guebo, pues. Como las puticas. —Dame. —¿Dame qué? —Dame guebo papi. Métemelo más. —Dije. —¿Más? —Sí. Sí. Dame más duro. Dale, dale. —¿Te gusta así? —Me preguntó mientras aceleraba el ritmo. —Ay, ay, ay, sí, sí, así. Dame así. Siento que voy a acabar sin tocarme. —No. Todavía no acabes. Siéntate. Me sacó el guebo de golpe y sentí el culo frío y abierto. Se sentó en la poceta y me senté encima de él. Se sentía rico así. De esa manera me daba como a perra. Me nalgueaba, me apretaba las nalgas con sus manos y mientras, yo subía y bajaba. Ya no aguantaba las ganas de acabar, y afortunadamente él tampoco. De pronto comenzó a respirar más rápido, como un toro. Ya ...