1. Un golpe de suerte


    Fecha: 22/03/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... seguía gimiendo mientras yo le lambia el pié y mi mano subía por sobre el pantalón. «No, por favor no», me decía mientras acariciaba su concha por sobre el pantalón. Me puse en pié al costado de ella, le subí la camisa, que le llegaba mas abajo de la rodilla, y le empecé a bajar el pantalón. Ella me decía que no, pero levantó su cintura, dejando que se los baje, junto a su braga. «No me hagas pecar», me dijo dejando que le abra las piernas, metí mi cabeza y la escucho gritar cuando paso mi lengua por su concha. Peluda, con sabor y olor a pis, yo se la chupaba, escuchando sus gritos de placer. Me bajé mis pantalones hasta mas abajo de las rodillas, le levanté las piernas, agarrando la planta de sus pies, me acomode, y la escuchaba gemir a medida que le iba metiendo la pija. «Haaaaaa, sí, así, mete toda tú polla dentro mío», me gritaba. Fátima se desabrochaba su camisa, yo la ayudaba mientras no dejaba de sacar y meter mi pija de su concha, le levanté la camiseta que tenía debajo, vi sus tetas, grandes, más grandes de lo que me imaginaba. Un pezón redondo y oscuro coronaba cada una de sus tetas. Se los empecé a chupar, le chupaba las tetas sin dejar de cogerla. Seguíamos basándonos, moviéndonos, hasta que Fátima grita y se tensa, «me estoy corriendo, me estoy corriendo», gritaba, yo seguí metiendo y sacando mi pija de su concha, hasta que no pude más y le empecé a llenar su concha de leche. «Que delicia de mujer que sos», le dije besando sus tetas y sacando muy despacio mi pija ...
    ... de su concha. «Vemos a tú cama?», le dije, parado frente a ella, viendo sus piernas abiertas, como le salía la leche de su concha, acariciando sus tetas. «Vale, venga, vamos a mi cama», me dijo, poniendo su braga a modo de tapón en su concha. Cuando se puso en pié, le besé la boca y terminé de sacarle la ropa, no quiso que le saque el pañuelo que le envolvía la cabeza. Antes de meterse en la cama, Fátima fue al baño y escuchaba el agua del bidet. Entré yo también y estaba lavando su concha, yo me lave la pija y fuimos a la cama. Yo le apretaba las nalgas, redondas, gordas, hermosas. «Que lindo culo tenes», le dije y nos acostamos abrazados. «Soy una adultera, he engañado a mi esposo», me decía mientras le besaba la boca y las tetas. «Es que tú marido nunca te trató como té merecías», le dije sin dejar de besarla y acariciar su concha. Fátima decía que era una adultera pero dejaba que la acaricie y ella agarró mi pija y la acariciaba también. «Lo haz echo por atrás?», le dije sin dejar de besarla, sin dejar de acariciar su concha. «No, nunca, aunque una amiga me dijo que lo había echo con su esposo y que le gustó», me dijo subiendo y bajando el prepucio de mi pija. Le besé la boca, metiendo mi lengua en la suya, «me dejas que té la meta por atras?», dije besando sus tetas. «Sí, quiero probar que se siente», me dijo acariciando mi cabeza, mientras le chupaba sus pezones. La di vuelta, besando su espalda, bajando hasta sus nalgas, las besé, las mordi, las abrí pasando mi lengua ...