1. La enfermera del asilo disfruta de los viejos


    Fecha: 22/03/2018, Categorías: Fetichismo Autor: pabloeresmas, Fuente: CuentoRelatos

    A continuación, les voy a detallar un acontecimiento real que acaeció en Huelva, ya hace algunos años. Yo por esos tiempos, tenía una amiga trabajando en el asilo, Amanda, y a veces iba a visitarla por las noches, pues ella estaba sola cuando le tocaba ese turno y se aburría. Lo que les cuento seguidamente, sucedió una noche, fui a visitarla, normalmente estábamos en su despacho, y allí hablábamos o pasábamos el rato jugando a algo.
    
    Lo que me resultaba raro era que siempre mi amiga se iba una vez al baño, según manifestaba ella, y tardaba bastante en volver, no sé lo que ella hacia allí, pero no era normal. Una de las noche de las que le giré visita, decidí seguirla cuando ella se disponía a ir al baño como todos los días, comido por la curiosidad, me acerqué al baño, pero allí no estaba, además no había ningún síntoma en el aseo de haber pasado por allí, me paré un momento a pensar, y decidí empezar a curiosear por el asilo, para ver si la veía, empecé por los alrededores del aseo, pero no la encontré, empecé a ver algunos dormitorios, hasta que visitadas unas cuantas de habitaciones di con ella, Amanda estaba de pie al lado de una cama de matrimonio, en el interior de esta, se hallaba un anciano dormido, el cual con la posición, miraba hacia el techo, la habitación estaba en penumbra, la única luz que había era de un flexo que tenía este dormitorio. Mi amiga Amanda, era castaña, el pelo le llegaba por los hombros, su estatura estaría alrededor de 1,70 cms, pesaría ...
    ... alrededor de unos 60 kilos, ella tenía unos senos muy hermosos y grandes, una boca lujuriosa, muy carnosa, un culito respingón, que atraía bastante.
    
    Al momento de yo estar allí, en la puerta de la habitación, sin que ella me pudiera ver, silenciosamente y sin que se diese cuenta de mi presencia, Amanda relajadamente se introdujo en la cama del abuelo, colocándose en su lado derecho, el viejo tenía una complexión media, ni gordo ni delgado, y no era muy alto. Ella se puso a acariciarlo con la mano derecha suavemente sin despertarlo, comenzó en el pecho, donde se recreó un largo tiempo gustosamente, para posteriormente del calentamiento inicial, descender su mano hasta alcanzar el pantalón del pijama, una vez que llegó, empezó a acariciar un poco el pene del anciano por encima de los pantalones, para pasar al rato a quitarle el botón y ella le bajó un poco estos y los calzoncillos a la vez, todo esto sin despertarlo.
    
    Tras observar un momento la polla que tenía delante, tomó su verga sabiamente con una mano, y tiró de su prepucio hacia atrás, hasta que emergió el glande, esto hizo que su pene expusiera los primeros signos de excitación claros, ya que el aumento del tamaño de la polla del anciano fue considerable, de estar relajada, a empezar a estar alterada. Ella pausadamente, acercó su cabeza al miembro, abrió la boca y se metió la cabeza de su pene, quedando sus carnosos labios fuera, la verga estaba aunque excitada algo blandita, aunque eso sí, el pene crecía por ...
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