1. El mecánico de Cabarcos me rompe el culo.


    Fecha: 23/03/2018, Categorías: Gays Autor: chichos91, Fuente: SexoSinTabues

    ... ya que no vivía muy lejos; era en el birloque donde vivía. Aparcó el coche justo a la puerta de su casa. Aquí es donde vivo dijo, mientras sacaba las llaves del contacto, y nos disponíamos a salir del coche. Sacó ahora las llaves del portal de su casa, abrió la puerta, invitándome a entrar. Pasa, me dijo. Subimos al 1º y allí abrió la puerta de su casa. Me hizo entrar, y me llevó directamente a su habitación; no supe si era grande o era un simple apartamento, ya que nada más entrar en la casa, me llevó a su habitación. Tenía la habitación bien ordenada, con una cama bastante grande y un baño en la misma habitación. Me quedé de pie en medio de Aquella habitación, sin saber que hacer, o decir. Pero él sí sabía que hacer, ya que no hizo más que dejar las llaves encima del mueble de la entrada, y acercándose a mí, me agarró por la espalda, a la vez que me mordía el lóbulo de la oreja, mientras me decía; que bueno estás, tienes un culito que muero por follártelo ¡dios que culito! Estoy que ardo por meterte la polla en él. No paraba de morderme mientras me tenía agarrado por la espalda, y con sus manos, me iba tocando por todo el cuerpo. Ya verás como lo vamos pasar, te voy follar bien follado, hasta que te rompa el culo. Me estaba empezando a desabrochar el cinturón, mientras él me seguía abrazando por mi espalda. Ahora me daba mordiscos en el hombro y base del cuello, mientras ya me empezaba a desabotonar los pantalones e irlos bajando junto al slip ¡ay que culito tienes, ...
    ... maricón! Me decía a la vez que se restregaba por la espalda, mientras con sus manos, me agarraba la polla y huevos, empezando a menearme la polla. Me giró para que quedásemos de frente, a la vez que me sacaba la cazadora, para tirarla al suelo, y Luego sacarme la camiseta que llevaba puesta. Tiró por ella hacia arriba, haciéndome levantar los brazos. Antes de terminar de sacarme la camiseta, se abalanzó sobre mi pecho, llevando su boca a mis tetillas, dándome mordiscos en los pezones ¡ay maricón, pero que cosita más rica! Como me gustas ¡dios que bueno estás! Te voy llenar de leche ese culito hasta dejarte preñado. Terminó de sacarme la camiseta, para seguido abrazarme, mientras se abalanzó sobre mi boca, empezando a morderme los labios, y sin dejarme respirar, introdujo su lengua en mi boca, saboreando con su lengua la mía, y todo lo que en mi boca había. No paraba de morderme por todo el cuerpo, a la vez que me manoseaba por todas partes. Empezó a morderme el cuello, cosa que me hizo estremecer, poniéndome a gemir y temblar de gusto. Aquello era mi punto débil, y además de hacerme estremecer, me hace temblar como si fuera un flan. Mientras seguía mordiéndome el cuello, me hizo ir hacia atrás, hasta llegar a la cama. Me tumbó sobre ella, y sin terminar de sacarme los pantalones, siguió con aquella tortura que me estaba dando. Ahora bajaba con su boca por todo mi cuerpo, parándose sobre mis pezones, para morderlos con fuerza ¡Aaah! Me haces daño, no muerdas tan fuerte, le dije. ...