1. Lo necesitaba y lo encontré


    Fecha: 24/03/2018, Categorías: Gays Autor: Ana, Fuente: CuentoRelatos

    ... bocadito hacía que se tensara. Llegué a sus huevos. Se los devoré. La lengua siguió jugando en el camino de retorno. Al llegar a la punta, Me la metí en la boca y el suspiró. Me la introduje hasta que me dio una arcada. La saqué y se la agité con energía. Me la volví a tragar y succioné. Ahí acabó mi control. Primero puso una mano sobre mi cabeza y comenzó a mover sus caderas. Luego fueron ya dos manos y el vaivén aumento su ritmo. Me la sacaba y la volvía a meter, me apretaba la cara hasta que sus bellos me hacían cosquillas en la nariz. Me atragantaba y tosía, mi boca generaba una importante cantidad de saliva que no podía contener en mi boca, desbordándose y cayendo sobre mis tetas. En unas de las veces que tomé aire, me dio tiempo a protestar débilmente.
    
    -No seas bruto- le dije mientras lo miraba con mis ojos grises.
    
    -¿A ti te gusta que lo sea?-
    
    Yo sentí un chispazo en mi bajo vientre y asentí. Se me vino a la cabeza cuando respondía en el chat una pregunta que descubría alguno de mis secretos.
    
    El aceleró su cadencia. Me estaba follando la boca. Me soltó la cabeza y dejó que siguiera sola. Noté que se hinchaba y supe que le estaba llegando.
    
    -Me voy a correr- Me advirtió.
    
    Tuve la libertad de retirarme o seguir. Pero quería su descarga en mi boca. Un empellón largo y profundo anunció el torrente de lava caliente que me llenó la boca. Una cantidad prodigiosa de semen me desbordó, cayendo parte por la comisura de mis labios, desde donde varias gotas cayeron ...
    ... en mis pechos juntándose con los restos de saliva.
    
    Me tragué todo. Mi lengua lo lamía lentamente y mis labios limpiaban hasta la última gota de su sabia. Él se retorcía cada vez que rozaba su prepucio, ahora ultra sensibilizado.
    
    Me atrajo hacia él y su pene quedó entre mis pechos. Algo extraño pasaba. Solo había perdido parte de su vigor. Un par de minutos duró su recuperación. Noté que empezaba a deslizarlo de abajo arriba y volvía a descender entre su vientre y mis tetas.
    
    Me separó y siguiendo sus indicaciones me puse de rodillas en la cama, dejando mis dos agujeritos completamente ofrecidos. Me tocó con las yemas de los dedos en los labios y me estremecí. Su dedo corazón recorrió suavemente mi grieta y después de varios viajes, presionó, hundiéndolo entre mis labios. Enseguida comprobó que estaba totalmente predispuesta. Y no me importó, cuando se detuvo en el clítoris acariciándolo en círculos, pedir casi suplicando:
    
    -Fóllame Alex, hazme tuya-
    
    Me obedeció. Me atrajo al borde de la cama y sentí su cabezota deslizándose por el exterior de mi vulva. La lubricó con los abundantes fluidos que empapaban la zona y la apoyó en mi entrada. Un primer impulso hizo que se me escapara un grito mezcla de placer y algo de dolor. Retrocedió y empujó lentamente. Ya no retrocedió más. Se agarró a mis caderas y empujó. Progresivamente su polla me fue invadiendo, abriendo el camino de una forma dolorosa. Se paró cuando su pelvis se pegó a mis nalgas. Su polla tocaba el útero, ...
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