Yogurin Superdotado
Fecha: 13/07/2017,
Categorías:
Erotismo y amor
Autor: anacristina, Fuente: RelatosEróticos
... echó en su miembro y con la mano llena de aceite me comenzó a darme por detrás, él en 4 horas me había agarrado más mi culito, que mi marido en 9 años, en pocos segundos tenía su lengua en mi garganta, pero mantenía con hidalguía sus 28 centímetros de pene en vagina, con diestros movimientos me puso otra vez en ascuas y yo lo miraba y solo podía decirle: – Duro, mi dios, dame duro. Mientras esto ocurría y en una de las retiradas del pene de mi vagina no volvió al ataque.
Él besándome me dijo: – Te voy a hacer sentir única. En su primera embestida metió un poco la cabeza. Temblando de placer, cerré mis ojos y me aferré mis manos a los mecates, a los cuales estaba sujeta, no sé si fue por el grado de excitación en la cual me encontraba. Abrí mis ojos y vi que realmente lo que faltaba para tenerlo todo adentro, era apenas unos tres centímetros, por lo que rodeé con mis piernas su cintura y haciendo presión me terminé de encular yo misma, él comenzó a moverse suavemente para no causarme daño, lo cual ya no me importaba ya que mi vagina ya se había acostumbrado al tamaño del monstruo, me sorprendí cuando yo misma le dije mi amor, dame rápido que no me duele, no sé si tuve un orgasmo pero sentí una sensación de llenura.
Se lo dije:
- Debes sentirte orgulloso te he dado en 6 horas más que a ningún otro hombre. – No me contestó, pero se veía que estaba haciendo sus mejores esfuerzos para merecerse esos premios, su pene se retorció en mi culito, dios mío, su glande me ...
... producía un placer indescriptible, su lengua y labios se hicieron dueños de mis senos y sus manos se apoderaron de mi espalda y de mis hombros, creí que iba a tener un orgasmo nuevamente, pero de repente me sacó la estaca y la volvió a meter haciéndome gritar nuevamente de placer, dándome varias estocadas procedió a soltarme de mis ataduras lo que me permitió abrazarle con piernas y brazos y logrando una gran penetración, estuve varias veces, diciéndole y rogándole: – Quiero tu leche, quiero un hijo tuyo. – Me dio unas vigorosas embestidas que me hicieron perder nuevamente el sentido de la visión y me produjo dos orgasmos indescriptibles. Lo bello y apasionante de estos orgasmos, es que simultáneamente mi macho llenaba con su semen todos los recónditos lugares de mi vagina. Estábamos sudados y agotados, le vi la cara y con la respiración entrecortada me dijo:
-Eres un mujeron, estoy muerto.
En verdad, ahora sí lo noté cansado ya que me cargó durante unos 10 minutos y tuvo una erección en una posición incómoda más de 45 minutos, nos besamos, apagué la luz y lo llevé a la cama y le comencé hacer caricias en su pecho, se durmió plácidamente de inmediato, su cara se veía llena de tranquilidad y con la seguridad del hombre que sabe que ha hecho feliz en la cama a una mujer.
Agarrando entre mis manos el monstruo que tanto placer me había dado, trate de dormir, no podía conciliar el sueño, no podía comprender lo que estaba pasando, después de pasar años soñando con esto, no podía ...