Mi cumple
Fecha: 27/03/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: priscilla69, Fuente: CuentoRelatos
La semana pasada fue mi cumpleaños, y mi chica me preparó una fiesta sorpresa de lo más original.
Me recogió a la puerta de casa con su coche, y me vendó los ojos con un pañuelo suyo que olía divinamente a su carísimo perfume.
El camino recorrido no fue muy largo, pero dimos varias vueltas antes de llegar a nuestro destino. Reconozco que bajamos a un parking. Me hace salir del coche, y sin quitarme la venda de los ojos, entramos en un ascensor y subimos tres plantas. No le digo nada, pero descubro que casi seguro nos dirigimos a su apartamento.
Abre la puerta y entramos.
Me quita la venda de los ojos y descubro que estamos en el salón.
La luz está apagada, pero hay infinidad de velas encendidas a nuestro alrededor.
La estancia está a una temperatura sumamente agradable, pues la chimenea está encendida y chispeante.
Mi chica se quita el abrigo, y solo lleva puesto un tanga y un sujetador color rojo, que yo le había regalado por Navidad, pero que aún no se lo había visto puesto.
La verdad, que entre la ropa tan sensual que llevaba puesta, y la iluminación tan sugerente que evocaba el salón, yo ya me puse como una moto.
De golpe toda la sangre de mi cuerpo, se desplazó al mismo lugar, mi polla.
Se dirige hacia una cubitera y saca una botella de cava y dos copas.
En menos de veinte minutos nos la hemos acabado. Como no hemos cenado, se nos ha subido a la cabeza. Sobre todo, a ella, que es bastante sencilla corporalmente.
De repente, se ...
... lanza sobre mí y de un tirón me arranca los botones de la camisa, me la quita rápidamente y la tira al fuego de la chimenea, lo mismo hace con mis pantalones y calzoncillos.
—Verte tan vestido me daba muy mal rollo. Echate sobre la alfombra y no te muevas.
Le obedezco en silencio.
Ella se deshace el sujetador y también lo lanza sobre los troncos candentes.
—Ven que te voy a volver loco.
Abre las piernas y se me sienta encima. Yo permanezco echado y casi sin respiración.
Me sujeta fuertemente el pene, y lentamente va subiendo y bajando su mano derecha, mientras que con la izquierda coge a tientas una vela gruesa de color amarillo, que, al encenderla, desprende un agradable olor a vainilla.
Intento levantar un poco la cabeza para ver que está haciendo, pero ella me empuja, y vuelvo a estar tumbado a su merced sobre la alfombra.
Espera unos segundos a que se funda la cera, y acto seguido, la inclina sobre mi cuerpo.
El líquido humeante y caliente, cae sobre la piel de mi tórax.
Va formando círculos desde mi hombro derecho hasta la ingle izquierda.
—¡Ah...!
No puedo soportarlo y gimo.
No me duele, pero me escuece, allí donde va cayendo el líquido.
Estoy preso y entregado a su lujuria.
La cera se va solidificando y atrapa los pelillos de mi cuerpo.
Me da una orden
—Ahora quiero que te des la vuelta, y te pongas boca abajo.
Obedezco de nuevo en silencio.
Vuelvo a notar el líquido ardiente derramándose a lo largo de mi columna ...