1. La lasciva vida de una maestra de escuela (Parte 4)


    Fecha: 28/03/2018, Categorías: Confesiones Autor: Trovo Décimo, Fuente: CuentoRelatos

    ... mí, besando mis piernas, mi ombligo, acariciando mi verga con sus delgadas manos, acariciando su cara contra mi dureza, suavemente mordiendo mi falo sobre la tela me hacía estremecer. Lentamente me los fue sacando, encontrándose con mi verga a 100% erecta, rígida y muy dura.
    
    -“Mmmm que rico, estás exquisito cariño”
    
    -“Tú también”
    
    -“Que grande la tienes, ¡Déjame besártela y saborearte!”
    
    Y diciendo esto, lentamente se fue tragando toda mi verga. La chupaba muy suave para mi gusto, sin embargo la situación de estar con mi madre como si fuera una completa desconocida, era increíble. Mientras me la chupaba, le desabroche el sujetador, la levanté y la besé, empecé a besar su cuello, sus tetas henchidas de carne voluptuosa suave y tierna, con unos pezones muy grandes empitonados… los mamaba fuertemente.
    
    -“Me encanta que me besen las tetas y me mamen de los pezones…”
    
    -“¿Te gusta cómo te lo hace tu hijo…?”
    
    -“¡Mmmm me encanta!, es lo que más me gusta…sigue así… ¡más fuerte!”
    
    -“¡Mmmm que ricos están tus tetas”.
    
    -“¡Son solo tuyas… chúpamelas!”
    
    Me excitaba mucho besar sus tetas y a ella la volvía loca. La acomodé entre mis piernas. Ella tomo mi verga y corriendo un poco su tanga la dejo en la dirección correcta. Lentamente se la fui introduciendo, al principio me costó, estaba muy estrecha aunque estaba muy mojada. La verdad incluso me dolía un poco pero estaba muy rica. Notaba en su cara algo de dolor, así que no fui muy brusco. Poco a poco sus movimientos ...
    ... se fueron acelerando y su coño se empezó a expandir. Mis manos la agarraban de la cintura ayudándola a moverse a mi ritmo. A diferencia de mi novia, mamá era mucho más experimentada y se movía a mi antojo, no debía de pesar más de 55 kilos. Me daba el lujo de levantarla con cada embestida que le daba. Su cara me demostraba que estaba ahondando mucho. Mientras se la metía, acerqué mi boca a sus tetas y empecé a chuparlos fuertemente.
    
    Era obvio que eso era lo que más le ponía. Le agarré fuertemente sus nalgas y aceleré mi ritmo sin dejar de besar sus pezones succionándolos y mamando de ellos como un bebé grande. Su respiración estaba al máximo… gemía de placer… su orgasmo se acercaba. Me apretó fuertemente y gritando de placer terminó por correrse, al notar su fluido expeler la extraje y saltó un buen chorro de líquido tibio que me empapó toda la polla y huevos…
    
    Mi polla a duras penas cabía en su mano y comenzó a acariciarlo con las dos manos. Subía y bajaba a ritmo de desesperación, yo empezaba a sentir cosquillas y calambres que me recorrían el cuerpo y me llegaban hasta la cabeza de mi soldado valiente y volvían a bajar. Veía a mi madre agachada con el movimiento de la masturbación haciendo bambolear sus grandes ubres blancas de magnos pezones en forma de cachito de luna todos inhiestos por la excitación que tenía moverse. Al fondo pude divisar su rajita pelona abultada con grandes labios rosados. A los pocos minutos le avisé a mamá que ya me venía y la reacción de ella ...
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