1. La lasciva vida de una maestra de escuela (Parte 4)


    Fecha: 28/03/2018, Categorías: Confesiones Autor: Trovo Décimo, Fuente: CuentoRelatos

    ... miembro se enterraba en sus profundidades. Jugaba pretendiendo meter más y más con metidas largas lentamente, combinadas con otras más cortas y rápidas, y entonces al cabo de cinco minutos logré meter hasta la raíz, los gritos de mamá eran ensordecedores.
    
    -“No me la metas tanto, ¡Sácala un poco cabrón…! ¡¿Es que me quieres matar a pollazos?!”.
    
    Entretanto, mamá se corría una y otra vez, sus piernas ya no la sostenían, tenía que sostenerlas con mis manos. Me hallaba encima de ella al estilo misionero, con sus brazos abrazándome la espalda y sus piernas sujetándome sobre mis muslos…, yo le rodeaba su cabeza con mis brazos hincados de codos sobre el colchón, nuestras bocas a pocos centímetros inhalando el aliento del otro, jadeando de gozo y besándose. De repente, veo que los ojos de mamá se entornan y se ponen blancos, echa su cabeza hacia atrás y luego la deja caer de lado. Solo oí un resoplido y cayó inconsciente del orgasmo tan tremendo que tuvo, lo que se llama la “dulce muerte”.
    
    Sus piernas se aflojaron, pero yo aún sentía su coño caliente que abrazaba mi maza, noté la presión y le extraje la polla a modo de tapón expeliendo un chorro tibio de flujo regándome… acabé mojando hasta mi estómago. Me estuve quieto e intranquilo besándola dulcemente hasta que volvió en sí. Tenía una cara de felicidad increíble y me pidió que siguiéramos para lograr correrme dentro en su raja. Esta vez hice las cosas más pausadamente. Ella asió mi cipote y se lo enfiló a su coño, entró ...
    ... fácil pero lo hacía en salidas largas y en entradas profundas hasta que sentí que nuevamente mamá se desvanecía de gozo. Solo habían pasado cinco minutos de la última corrida y volvió a correrse… no paré, sentía la testosterona circular por mi cuerpo a torrentes.
    
    Noté electrizar mi cuerpo, un subidón que me conmocionaba todo el cuerpo y de pronto un gran chorro de leche salió a presión sobre el fondo uterino de mi madre…, mi madre al notarlo me atrajo a sus labios besándome con lujuria desproporcionada, y así comiéndonos la boca se concatenaron otros dos y hasta tres lechazos más que me aflojaban las piernas de deleite punzándome la cabeza con los fuertes latidos de mi corazón bombeando a todo tren a más de 150 ppm, me sentí en la gloria besando la humedad de su boca y lengua al tiempo que eyaculaba en la misma matriz de mi progenitora, recibiéndome abierta y consentidora… totalmente complaciente de ser llenada de la semilla de su hijo más querido. Los siguientes aldabonazos fueron remitiendo cada vez más débiles atorándole toda la cérvix a la señora. Me quedé rendido y exhausto instalado en su vagina profunda tras la batalla. Al rato, recobramos la conciencia paulatinamente, mi polla seguía metida en su vagina y totalmente endurecida.
    
    Tras dos eyaculaciones y más de media hora, yo mantenía la rigidez plena… era tal la dureza que mi madre asombrada me dijo que la sacara, nunca había sentido así de dura la polla de un hombre y deseaba medirla para saber cuánto podría darle ...
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