1. Las hermanas


    Fecha: 30/03/2018, Categorías: No Consentido Autor: GargantuadeSamo, Fuente: CuentoRelatos

    ... continuó normal hasta el comienzo de las clases.
    
    Había dado clases durante más de un año a las dos hermanas (sin contabilizar las clases a mi propia novia). Y lo único que había recibido a cambio era el regalo de un libro. Así que un día mientras merendábamos le dije a Elena que tendría que darme alguna clase a cambio. Ya sabía lo que me iba a decir, porque ella iba a clase de salsa después de la universidad, y yo no era capaz de aprenderme ni un par de pasos de ningún baile.
    
    Podría contarte la clase de salsa después de las clases – me propuso. Y lo acepté encantado.
    
    4.-
    
    Ese fin de semana se presentó movido. Como los padres de María se iban el fin de semana al pueblo con las hermanas pequeñas, volvimos a tratar el tema fundamental de quién se quedaba con la casa. Esa semana Isabel también quería la casa para traer a su novio, Juan Carlos, mucho mayor que ella que me caía simpático, y decidimos cocinar en casa y cenar juntos. No es que a mí se me diera bien la cocina, vamos, que soy un inútil simpático, prefiero la buena comida a cocinar, por lo que mi tarea principal consistió en traer bebida para la fiesta, para que no faltara el alcohol.
    
    La cena fue bastante animada, para comer nada del otro mundo, una tortilla de patatas con cebolla y cosas así.
    
    Cuando terminó la comida, Juan empezó con sus juegos. Le gustaba mucho salir y beber hasta caerse muerto. Los juegos eran bastante tontos, he dicho que me caía simpático no que fuera inteligente, empezamos con ...
    ... cartas, pero no un strip póker como dios manda, sino un tute bebedor, que era a lo que jugaba mi abuela… tanta era la diversión de los jóvenes. Se colocaban líneas en un vaso y cada 5 puntos era una línea, de tal manera que a medida que ibas jugando te tocaba beber. Claro está que a medida que se bebía la velada parecía más y más entretenida.
    
    Finalmente llegó un momento en el que puse el freno y decidí retirarme del juego. Hay que saber el límite de bebida que uno aguanta. Así que nos separamos y cada pareja se fue a una habitación. Ellos siguieron riéndose y bebiendo mientras nosotros intentábamos ver una película en el salón. Antes de que terminara la película, María estaba literalmente roncando, así que la llevé a la cama. No era la noche que yo habría soñado para un viernes.
    
    Desvestí a María y la arropé en la cama intentando dormir a su lado, aunque sin mucho éxito.
    
    Eran las cuatro de la madrugada cuando escuché unas arcadas en el baño grande. Me levanté despacio para ver qué era lo que sucedía y me encontré con Isabel de hinojos sobre el wáter, metiéndose los dedos dentro de la boca para provocarse el vómito, aunque sin conseguirlo.
    
    - Estás bien - pregunté. Con la cabeza como la tenía solo me podía permitir obviedades.
    
    Ella me miró con los ojos vidriosos y no respondió. Fue entonces cuando me di cuenta que llevaba solo un top traslucido y que, aquellos pezones de las fotos en blanco y negro con los que me masturbaba, ganaban con el color.
    
    Empecé a sentir ...
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