1. Realmente que rico es a escondidas


    Fecha: 31/03/2018, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hola! Soy Heidy de nuevo por aquí, no esperaba volver tan pronto a compartir mis “sexperiencias”, porque estoy muy conforme al ver la cantidad de visitas que han tenido mis relatos anteriores, imaginando las reacciones y sobre todo sintiendo vuestra presencia en mis relatos, algo que me hace excitar insospechadamente. El caso es que este último día de febrero va a ser inolvidable. Les cuento que el sábado por la tarde se reunieron en casa unos amigos con “A” (mi marido) para hablar tonterías mientras se tomaban unos tragos, como única mujer en el grupo, me dediqué a brindarles la atención de ama de casa y luego me retiré a mi habitación a ver TV y así dejarles con sus “cosas de hombres”, lo cierto es que ya entrada la noche, (“A” se pasaba de cuando en cuando por la habitación y me daba un pellizco aquí otro allá y me decía alguna lasciva estupidez) me venció el sueño por lo que no me enteré a qué hora terminó la juerga , ni cuando mi amor se acostó, como casi siempre me desperté temprano, vi a mi amorcito tirado en la cama con zapatos y todo, así que se los quité y me fui a dar mi ducha matutina con los correspondientes toqueteos y pellizquitos pensando en lo tonta que fui al quedarme dormida antes de terminar la fiestecita, porque “A” con unos tragos encima se pone muy “creativo” y, para mi dicha y placer, más tardío que de costumbre. Terminé de ducharme y salí (desnuda)a la cocina para hacer el infaltable café y luego de encender la cafetera me puse a lavar los trastos ...
    ... pensando pendejadas como siempre que estoy en esos quehaceres, de repente siento que “A” se me pega y comienza a darme besitos en la nuca apartando mis cabellos (que casi me llegan a la cintura) provocándome un rico estremecimiento (ya estoy mojada!) percibí que su ”sable” estaba duro y ya goteaba su divino lubricante mojando mis caderas , le dije que me extrañaba estuviera despierto tan temprano y me susurró sin soltar mis nalgas, que era por mí, noté que algo no estaba bien, no sentía ni el grosor ni la altura normales de “A” (1,87m.) me volteé y con cierto espanto y mucha sorpresa, di de cara con Cristian quien con los ojos rojos de la resaca intentaba una sonrisa de disculpa pero sin apartar ni un dedo de mi cuerpo que a estas alturas parecía una hoja al viento, no solo por el terror que me producía el pensar que “A” se presentara en ese momento, sino por lo excitante que era la situación misma, así que cuando calló mis débiles protestas estampándome sendo beso, comenzó a girarme hacia el lava-platos sin dejar de tocarme y haciendo lo que solo mi marido sabe que me fascina, apoyarme en mis codos, levantarme el culo y apretándome los pezones metérmelo duro en mi caliente rajita, lo hizo! Estaba tan mojada que casi no sentía la polla de “C” cuando estalle´ en uno de los más apoteósicos orgasmos de mi vida! Perdí la cordura y, aún sabiendo que solo una pared me separaba de mi marido, con mi mente le rogaba a “C” que no parara! Que podía hacer lo que siempre deseó: hacerme suya! ...
«12»