1. Por amor a la familia (día cinco - parte dos): La calle


    Fecha: 31/03/2018, Categorías: Incesto Autor: lesliefer, Fuente: CuentoRelatos

    ... de miedo, pero… Acaso me dijo señorita? Trabaja en esta escuela, ve diario a las alumnas y no se dio cuenta de un rostro extraño? No se daba cuenta que a la chica a la que le acababa de gritar no era realmente una mujer? Todos siguieron entrando, incluso la maestra gritona, yo caminaba despacio, como aturdida hacia la puerta, pero a dónde iba? Ni siquiera sé cómo es la escuela por dentro, debo entrar a un salón? Nadie se daría cuenta que no soy de ahí? Ni siquiera traigo útiles en mi mochila. Que haría? Quedarme parada a la mitad del pasillo? Que pasaría cuando no entrara a ninguna parte y un maestro se dirigiera hacia mí? Me descubriría!!!
    
    Un claxon sonaba desde hacía unos segundos, pero no me había dado cuenta, estaba sumida en mis pensamientos, pero finalmente me di cuenta de él, voltee y era mi tío, que me hacía señas de que fuera hacia él, corrí como aliviada, como una niña de kínder en su primer día al ver a su papa en la salida, sentí tanto gusto de no quedarme que una lagrima rodo por mi mejilla. Abrí la puerta y me subí sin cuidado ya que por la emoción olvide los modales. No sé si alguien vio mi ropa interior o no, la verdad no me importaba.
    
    “mi chiquita, no llores, vamos a comprarte unos zapatos”
    
    Que??? eso es lo que me va a decir? No me va a pedir una disculpa? No me va a decir cuál era su intención? A que estaba jugando? No me diría nada más que eso? Como si nada hubiera pasado? Que tienen que ver unos zapatos con lo que acababa de pasarme??? Me enoje ...
    ... como una adolescente real, me puse seria cruce mis brazos sobre mi pecho y agache mi cabeza con el seño fruncido y él lo noto, supuse que en cualquier momento me explicaría, o me pediría una disculpa o aunque sea me diría algo de lo que acababa de pasar, pero no, no fue así, su rostro inmutable viendo al frente mientras conducía era lo único que yo podía ver, eso hacía que me hirviera la sangre.
    
    Íbamos en el carro, yo seguía molesta y él ni siquiera me dirigía una mirada, como si yo no estuviera ahí, yo de vez en cuando hacia un sonido que demostrara mi incomodidad, tratando de provocarlo, pero era inútil, de verdad parecía que fuera invisible, aun así, mi respeto (o temor) hacia él era demasiado y no me atrevía a preguntarle cosa alguna, llegamos a un lugar y bajo del carro, ahí me dejo unos 10 minutos, después regreso, subió al auto, lo prendió y siguió su marcha, siguiendo su rutina diaria, como lo hace siempre, solo, este hecho hacia que me enojara aún más, me sentía totalmente ignorada, sabía perfectamente que era una lucha de poderes, estaba jugando con mi mente, me estaba castigando. Otro rato más de viaje y llegamos a un lugar nuevamente, se bajó y entro a un edificio, dejándome nuevamente en total incertidumbre, esta vez tardo más, los minutos pasaban y cada uno de ellos me hacía estar más y más molesta. Lo curioso es que mi mente estaba totalmente en modo mujer, ya había olvidado que existía un hombre en mí, había adoptado totalmente el pensamiento y comportamiento ...
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