1. Nuestra salida al lago


    Fecha: 02/04/2018, Categorías: Gays Autor: orestes santoyo, Fuente: CuentoRelatos

    ... gemidos, ¡Goza Pilar, Goza! Mis movimientos seguían y el temblor de tu cuerpo se fue incrementando, no se los minutos que pasaron pero vaya si gozaste, te volviste jugo y te derramaste como nunca lo habías hecho, mojaste la manga de mi camisa, tu pantalón, no deje de mover mis dedos hasta que soltando el remo tomaste mi mano y la empujaste, no podías ni hablar, seguías sacudiéndote, retire los dedos.
    
    Lleve a mi boca para catar tu sabor que tan bien conozco, hoy estas más dulce te digo.
    
    Golosa, buscas besarme, te lo impido, es hora de regresar a tierra para almorzar, ¡Toma el remo y ayúdame!
    
    No muy complacida, juntos volvimos al embarcadero, baje primero y ate la lancha, te tome en mis brazos y te lleve a tierra, nos besamos y me abrazabas buscando un más íntimo contacto, me separe de ti después de tomar la canasta, caminamos al llegar a un claro del camino, te pedí que te recostaras, al hacerlo, tome de la canasta un tubo de lubricante, lo esparcí en mi dedo gordo, te baje los pantalones y ahora mis dedos fueron a tu vagina pero curvados hacia abajo, mi dedo gordo, dejo lubricante en tu brillante culito mojado por el resto de tu derrame anterior, sin dolor para ti y muy lentamente mi dedo gordo te penetra y busca encontrarse con mis dos dedos ya dentro de ti, ejerzo presión y busco que se toquen dentro de ti, primero uno luego el otro, no hay movimientos de adentro afuera, solo al total de tu interior en un recorrido de 180 grados, como si buscara ensancharte, ...
    ... llenarte toda.
    
    Con mi otra mano llego a sobar tu clítoris que se ha mantenido sin caricias, lo tomo entre dos dedos y presiono y tallo, arriba abajo, con dos de mis dedos separo tus labios y un tercer dedo va directo a frotar a tu clítoris expuesto, lo sacudo como si fuera la vibración de mi lengua, crece entre mis dedos, te sacudes y estremeces cuando te derramas, nuevamente eres jugo y miel entre mis manos, tu orgasmo duro más tiempo esta vez, o fueron muchos pegados y unidos, una cresta de ola que parece no tener fin, que te invade y que nubla tus sentidos, retiro mis dedos dejando mucha más humedad ente tus ropas, golosa, bajas más tu pantalón, abres las piernas y me invitas a tomarte ¡Penétrame Orestes! Anda dámelo todo ahora, quiero tu verga.
    
    Con movimientos negatorios de mi cabeza, me acerco a ti para levantarte, tu boca está seca, necesitas de humedad, nos besamos y te doy de mi saliva que todavía tiene sabor de ti.
    
    Espera un momento, estaremos más cómodos en la cabaña, te digo y casi haciendo pucheros, decides caminar nuevamente mientras arreglas tu pantalón que sigue recogiendo tu humedad.
    
    Al llegar, nomás entrar y ante nuestros ojos un espectáculo excitante: Adriana esta desnuda, con las piernas abiertas totalmente, dentro de ellas un corpulento joven que también desnudo se sacude sobre de ella, entra y sale de ella lentamente lo que permite la visión de su enorme verga, más de 20 centímetros de carne dura, luce brillante de toda la humedad que recoge a su ...