Jennifer: Mi vida.
Fecha: 02/04/2018,
Categorías:
Hardcore,
Autor: lujuria69, Fuente: xHamster
... deshacerse de él me ayudaron a conseguir aquella vivienda a un precio muy razonable.En menos de un año llegué a ocupar el cargo de subdirectora de sucursal y en ello me estanqué. Acababa de estrenar mi cargo cuándo conocí a un nuevo cliente, llamado José Enrique, por el que me sentí atraída. Era seis años mayor que yo, de complexión y estatura normal y estaba prácticamente calvo lo que, según había oído, era signo de virilidad. El que no demostrara mucho interés por obtener una mayor rentabilidad de sus inversiones hizo que me decidiera a ocuparme personalmente de ello lo que originó que surgiera entre nosotros una amistad que nos llevó, en principio, a salir juntos con bastante regularidad para terminar haciéndonos novios y casarnos dos años más tarde el mismo día en que cumplí treinta años. Como durante nuestro noviazgo no habíamos pasado de sobarnos y José Enrique se había resignado a que le aliviara sus frecuentes “calentones” haciéndole pajas, el día de nuestra boda me cogió con ganas. Para entonces estaba casi convencida de que era un bulo el que hubiera hombres dotados de una pirula de grandes dimensiones y que lo que existían, con ciertas excepciones, eran pitos normales y pequeños por lo que me sentí complacida de que la polla de mi marido fuera normalita, se le pusiera erecta con suma facilidad y “descargara” con bastante rapidez. La noche de bodas y las de nuestra luna de miel se portó como un autentico jabato echándome tres ó cuatro polvos diarios pero, una ...
... vez que pasó el furor inicial, me percaté de que, aunque me agradaba que me cepillara, no llegaba a alcanzar el ansiado orgasmo ya que, aunque solía recuperarse con rapidez, era de eyaculación precoz por lo que siempre me dejaba a medias y una vez que “descargaba”, quedaba satisfecho y no le importaba lo más mínimo el estado en el que me dejara por lo que la mayor parte de las noches y mientras él dormía, tenía que “hacerme unos dedos” para llegar al clímax y quedar un tanto complacida. A pesar de que era una magnífica persona y siempre me trató con cariño y respeto, con el transcurrir del tiempo pasaba más tiempo en su trabajo y con sus amigos, con los que echaba una partida de cartas en un bar después de comer y una de dominó en otro al acabar de trabajar por la tarde, que conmigo. Cuándo llegaba a casa al mediodía era para comer y en cuanto acababa se iba mientras que por la noche, cenaba, veía un rato la televisión y nos íbamos a la cama para no tardar en echarse sobre mi, meterme el rabo en el chocho y follarme para, en tres minutos, echarme su leche, darme unos envites más mientras perdía la erección, sacarme la verga y buscar la posición adecuada para dormir. Aunque no me daba tiempo a otra cosa que no fuera el empezar a mojarme vaginalmente, me dejó preñada en dos ocasiones pero en ambas perdí el feto a las pocas semanas al no conseguir asentarse en el útero lo que me provocaba hemorragias. Aunque no le importaba metérmela cuándo estaba con la regla, le encantaba que ...