1. Marta la mujer de Raúl


    Fecha: 14/07/2017, Categorías: Infidelidad Autor: murgis, Fuente: CuentoRelatos

    Pues como os iba diciendo Raúl el hermano de mi amigo de mili, Fernando, me conto su problema, y estaba buscando soluciones, yo le contaba las vivencias de su hermano cuando teniamos 20 años, nos juntabamos tres en la mili Fernando, Nacho y yo Juan, el dije que en la mili nos mediamos las pollas, y que su hermano y yo estabamos igual 17 cm, pero que Nacho era un potentao en polla tiene 23 cm, ademas tengo entendido que ha estado casado ya tres veces y tiene tras hijos de la tres mujeres, se que es un putero, que presupe de su buen parecido y de su polla, si quieres hablo con él y le doy tu telefono, seguro que no tiene problemas por preñartela, pero comentaselo, porque le puede pasar como a la mia que se envicie con la polla de Nacho, y te deje, o te pasa como a mi que dejo a Amalia mi mujer que folle con quien quiera, pero nuestro matrimonio sigue adelante.
    
    Pues esta es la historia es una de tantas en la que dos personas que se quieren deciden llevar más allá su amor y tener un hijo. Como se suele decir, fruto de su amor. Pero no siempre la vida le trata a uno cálidamente. A veces todo se tuerce y lo que parecía un proyecto maravilloso se convierte en una experiencia dolorosa, difícil de llevar. Así nos tocó vivir lo que a continuación les voy a narrar.
    
    Marta lo quería. ¡Definitivamente sí!
    
    Aquella mañana regresamos temprano del médico. Ya teníamos el resultado de la última in vitro que nos podíamos costear. A Marta le había bajado la regla.
    
    Anteriormente ...
    ... habíamos probado con varias inseminaciones, pero no habían dado resultado tampoco. Empezaba a pasarnos factura. Nos sentíamos inválidos, nulos. El problema era mío. Poca movilidad y bajo número de espermatozoides. Ya no podíamos más. La ingesta brutal de medicamentos, inyecciones y demás, habían hecho que Marta engordase unos kilitos. Ya no era la chica de 25 añitos que había conocido hacía años y como ella decía, con “tipín de modelo”. Pero aun así, era preciosa. Esos kilitos de más habían hecho que se formase con curvas de verdad. Toda una mujer. Con su 1, 65 de estatura hacía que los hombres se girasen para ver su culo cuando entrábamos a un buen restaurante, o una discoteca. Su pecho también había aumentado, pero en eso estaba contenta. Pasó de una 85 a una talla 90. Estaba encantada cuando se ponía ropa escotada. Se lucía en casa delante del espejo (y en la calle, pensaba yo). Tenía ahora 36 años, y era toda una señora. Combinaba la espontaneidad y la lujuria de una jovencita con la presencia y la educación de una mujer refinada y culta. Una mezcla claramente explosiva.
    
    Después del mal trago, decidimos darnos un tiempo para aclarar las ideas. Un tiempo de relax, ya veríamos qué hacer. Estuvimos viajando unos meses y dedicándonos al trabajo casi al cien por cien. De alguna forma, nos habíamos distanciado. Teníamos sexo de cuando en cuando y cada vez era más gris. Esa lujuria de Marta había amainado. Hasta el reencuentro con Nacho….
    
    La última vez que vi a mi buen amigo ...
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