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Marta la mujer de Raúl
Fecha: 14/07/2017, Categorías: Infidelidad Autor: murgis, Fuente: CuentoRelatos
... plástico empezó a vibrar despacio. Sentía un ligero cosquilleo en la mano mientras metía y sacaba el vibrador de su coño. Marta estaba gozando de lo lindo. Mi polla ya no le satisfacía, me había convertido en su mamporrero particular. Su marido degradado a eso, y lo peor era que volvía a notar como mi polla se empalmaba de nuevo producto de sus sucios y humillantes comentarios. Decidí intentar meter más profundo aquel pollón y alargué las metidas ayudándome de las dos manos. Marta empezó a encoger el culito, a arquearse, pero no dejaba de gemir como una puta loca. Vi que ella era consciente de que estaba usando las dos manos y eso debió de darle más morbo. -Qué dentro la noto, ahhhhhhh… Qué dentro! Dale fuerte cornudo que me voy a correr!! Aceleré el ritmo como ella pidió y noté como la muy puta empezaba a correrse viva, con gemidos guturales que le salían del mismo estómago. Decidí aumentar la potencia del vibrador hasta el máximo para hacer gozar más a la puta de mi mujer. -Ahhhhh me corro como una puta… Ahhhhh Taladré el coño de mi mujer durante más de 1 minuto, hasta que ya no pudo aguantar más y saqué de ella la polla ...
... vibradora de un golpe! Sin delicadeza! Marta soltó un grito muy agudo y se tumbó de lado en la cama. Yo miraba como su cuerpo se retorcía víctima de varios espasmos incontrolados. Se apretaba con las dos manos el coñito por encima, como tapándolo para que nada entrase, para que tuviese un respiro. La muy puta. Permanecimos un cuarto de hora tumbados en la cama. El uno al lado del otro. Marta tenía los ojos cerrados y respiraba profundamente, con tranquilidad. Se había quedado muy bien. Yo temía el momento en el que empezase a hablar, temía lo que pudiese decir. Estaba expectante hasta que por fin habló: -Raúl, eres consciente de que esto ya no se sostiene verdad? Yo necesito más y no me refiero sólo a tener un hijo. Me refiero a mi vida sexual, necesito un hombre a mi lado. Ya me entiendes verdad? Asentí. No sabía que decir. Nacho apareció en mi mente. Me sonreía. No supe si era un ángel que había venido a salvar nuestro matrimonio o si era un gran cabrón que iba a usarnos como el que usa un clínex y nos iba a dejar tirados, o algo peor. No obstante, en ese momento le vi como la salvación. Pronto descubriría cosas que jamás pude imaginar…