1. Los eróticos castigados


    Fecha: 04/04/2018, Categorías: Incesto Autor: Aradia, Fuente: CuentoRelatos

    Soy la afortunada esclava de mi señor. Un hombre capaz de enseñarme con paciencia las delicias de la carne, los placeres del amor y del sexo. Durante años estuve privada de cualquier sensación. Me casé con un hombre frío y aprendí lentamente a ahogar mis deseos y a no pensar en mi misma como mujer. ¡Hoy en día, en plena madurez y con su ayuda, he redescubierto mis pasiones y él sabe llevarme hasta la locura!!
    
    ¡Hemos fantaseado tantas veces!!! Cuando debemos separarnos, inventamos cualquier cantidad de locuras que mantengan vivo nuestro deseo e imaginación…Eso hace que cuando regresa a mi lado, me extasíe completamente con la contemplación de su cuerpo, con la desnudez de su piel, con sus caricias …
    
    Una de nuestras fantasías más eróticas es la de compartir a mi señor con otras mujeres y que mantenga su propio harem. Les aseguro, que el poseerlo es absolutamente enloquecedor. Él pone el alma y el cuerpo en el arte de amar y lo amo tan intensamente, que lo compartiría gustosa solo por sentir su placer.
    
    Cuando no está conmigo, podemos pasar horas enteras excitándonos, seduciéndonos y acariciándonos mientras creamos situaciones eróticas que nos mantienen deseosos uno del otro hasta su próxima visita. Una de nuestras herramientas es crear entre los dos relatos para publicar y el siguiente, es la continuación de uno ya publicado por Iván.
    
    Me encuentro sola en el cuarto donde llevo varios días desnuda por órdenes de mi señor. No siento ningún ruido en la casa. Aprovecho ...
    ... para darme un baño relajante en la tina, acaricio lentamente mi cuerpo, recordando los acontecimientos del día anterior y las deliciosas corridas que tuve mientras le mamaba la verga y sentía las caricias que por orden suya, me hacía una de las puticas de su harem. Ella puso todo su empeño en mamarme el coño deliciosamente. Nunca antes había gozado de las caricias de otra mujer y mi amo estaba encantado con los resultados… Había logrado que llegara al éxtasis entre las caricias de su amiga y la arrechera que se reflejaba en la cara de mi señor…
    
    Estaba terminando de arreglarme y sentí por fin que la puerta de la habitación se abría… Comencé a temblar como una adolecente de solo imaginar que tendría planeado este día mi señor. Salí del baño envuelta en una toalla grande y allí estaba él. Traía en sus manos un paquete de almacén. Como siempre, cuando estoy frente a él me arrodillé a sus pies antes de mirarlo a los ojos en actitud sumisa. No me permite besarlo en la boca, hasta que no atiendo su verga correctamente. De esta forma, mi boca queda a altura de su entrepierna y bajando su bragueta busqué entre sus pantalones el objeto de todos mis deseos. Su verga no es exactamente la más gruesa o grande… pero debe estar hecha a mi medida porque me hace gozar intensamente. La tomé entre mis manos con reverencia y la llevé a mis labios para besarla y mamarla durante unos segundos. No me permite hacerlo tanto tiempo como desearía… Él sabe que me enloquece que me deje mamarle hasta el ...
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