1. Sexo en la vieja hidroeléctrica -6- Principios de diciembre


    Fecha: 04/04/2018, Categorías: Transexuales Autor: superrapado, Fuente: CuentoRelatos

    ... libres, le cogía por las ancas y le aplastaba a pollazos.
    
    -Pues arrégleselas.
    
    El agente se retuerce sobre el sofá como si se tratara de un potro salvaje al que se intenta ensillar.
    
    -¡Eso es, duro conmigo! -le anima el anfitrión.
    
    Pero de repente, el agente, sudoroso, se para.
    
    -¿Ya se ha cansado?
    
    -No quiero correrme aún. Quiero más.
    
    -Esa no es su voluntad.
    
    El administrativo inicia un lento vaiven de cintura con el sexo clavado en sus entrañas.
    
    Al instante el rostro del agente demuda asaltado por densas y lúbricas sensaciones.
    
    -¿Qué hace?
    
    -Lo que le prometí: el mayor placer.
    
    El agente aprieta los dientes, suspira, resopla, gime, se siente esclavo de lo que el hombre al que derrotaba sin compasión al dominó, le provoca.
    
    -¿Qué le ocurre? Parece molesto -dice el administrativo sin cesar de menear sus músculos más internos para gozo del rural.
    
    -¡Dios, que no tenga fin!
    
    Una mano del anfitrión ha bajado hasta el ano del agente que permanece empapado en saliva. Y sin acudir a consultas ni peticiones de permiso, lo traspasan con los dedos hasta dar con el punto prostático.
    
    El agente se queda mudo, rígido, casi sin aliento.
    
    -¿Qué me hace? -le da tiempo a decir antes de que los dedos le acaricien y presionen por dentro y un orgasmo ciego, abrasador y desbocado, se adueñe de su persona y comience a dar furiosos gritos y a moverse como si le estuvieran traspasando con un hierro al rojo.
    
    DOS HORAS MAS TARDE
    
    Cuando el agente de la ...
    ... Rural despierta, se encuentra tumbado en el sofá y arropado con una manta. Tiene puesta la camisa y los pantalones aburruñados a los pies. De una de las muñecas cuelgan las esposas con un brazalete abierto.
    
    Ilumina la habitación el resplandor de la estufa y nada más.
    
    Trata de incorporarse rápidamente pero la sensación de resaca le frena.
    
    Oye ruido que proviene de otra habitación.
    
    Haciendo esfuerzos, se levanta. Tiene restos de esperma reseco en los muslos y en el sexo. Se adecenta la ropa lo justo para moverse y entra en la estancia de la que provienen los ruidos.
    
    Allí encuentra al administrativo atareado en vaciar un cajón y meter el contenido en una maleta.
    
    -Se ha despertado -dice éste con una medio sonrisa.
    
    -¿Qué hora es?
    
    -Es tan tarde que ya no merece la pena preocuparse.
    
    -¿No tiene algo que me haga más soportable el dolor de cabeza que se me ha puesto?
    
    -Hay medicinas en un armario en el baño. Dúchese y coja lo que le más le convenga.
    
    -No pensaba ducharme.
    
    -Todo usted huele a alcohol. Hágame caso: dúchese. Se sentirá mejor.
    
    -¿Hace el equipaje?
    
    -Dúchese, tómese la medicina que precise y hablamos.
    
    Obediente, el agente se mete en el baño.
    
    Mientras, el administrativo termina de llenar una maleta y la pone junto a otra ya preparada y que permanecía tras la puerta.
    
    Después entra en el salón, enciende la luz y corre una cortina de la misma época que el sofá.
    
    Al poco, el agente sale del baño con otro aspecto.
    
    -¿Mejor?
    
    -El ...
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