1. Duermo relajadita, relajadita


    Fecha: 04/04/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... estaba bocarriba disfrutando de un largo masaje en su pene. Me quedé allí, mirándolo y note cómo volvían a hincharse los labios de mi chocho. Me acaricié con las piernas flexionadas y al notarme tan mojada no pude dejar de frotarme como una desesperada. Gimió cuando su chorro se estrelló en la palma de la mano con la que se cubría el capullo para no salpicar, se corrió y dejó de tocarse de pronto, supongo que acostumbrado a hacer lo mismo con mi madre, meter, cumplir y parar. Se levantó, apuró el whisky y haciendo eses por el camino entró en el baño de su dormitorio y se metió en la ducha. Tal y como estaba no podía quedarme allí sin más, así que decidí meterme en su cama y esperarlo allí desnuda. Tardó apenas unos minutos; cuando volvió a salir envuelto en una toalla, me encontró bajo sus sábanas.
    
    -¿Qué haces aquí pequeña?- preguntó paternal.
    
    -Papi, esta noche quiero acostarme contigo- la frase era cierta en todas sus interpretaciones pero creo que él quiso entender la inocencia de una hija pasando la noche junto a su padre al que ha echado de menos casi durante toda la vida.
    
    -Vale cielo- entró en el baño y volvió a salir con el short de un fino pijama de seda.
    
    Se acostó y apagó la radio. Se giró y me dio las buenas noches con un beso en la frente. Aún olía a alcohol y su cuerpo estaba lleno de calor. Pronto sentí su aliento quedándose dormido. Me acomodé abrazada a él. Creo que no se había dado cuenta de que estaba desnuda, retiré despacio las sábanas y ...
    ... comprobando que ya dormía la mona aproveché la intimidad.
    
    Encendí la luz de la mesilla, me senté junto a él mirándolo y acaricié la seda del pijama. La respuesta fue inmediata, algo se movía. Traviesa y curiosa froté más y bajé el movimiento hasta los huevos que se le escapaban por las perneras del short, regresé hacia arriba y apreté la caricia sobre su capullo. Ya no se movía inquieta, ahora su polla se sacudía intentando escapar del pijama, mi padre sonreía sin despertar, viviendo su sueño erótico más real. Sabía que intentar moverlo lo despertaría pero quería bajarle el pantalón y ver cómo se empalmaba, me maravilla ver cómo un hombre se va empalmando mientras se la toco; aflojé el nudo del elástico y dejé que cediera, no podía bajárselos pero podía dejar su polla al descubierto.
    
    Metí mi mano para sacársela y al agarrarla noté su dureza, las venas ya yertas agradeciendo el contacto de mi mano. Se la saqué y después de acariciarla completa de arriba a abajo me dije que tenía que hacerlo ya, antes de que se despertara, así que me incliné y metí su sonrosado capullo en mi boca. Aquel músculo pegó un respingo cuando tragué y siguió creciendo dejándome saborear unas gotitas melosas mientras miraba por si se despertaba. Aproveché y tragué cuanto me cabía en la boca pero justo cuando iba a seguir bombeando sobre mi golosina una manos frenaron suavemente mi frente.
    
    -¿Qué haces hija? Estáte quieta mi amor- papá me pedía que parara de una manera muy extraña porque no se movía ni ...
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