1. Me ayudó a masturbarme y yo a él a encontrar novias


    Fecha: 07/04/2018, Categorías: Zoofilia Autor: Key-Q, Fuente: SexoSinTabues

    Tenía yo 13 años y en la escuela éramos un grupo de 4 amigas íntimas que nos contábamos de todo. , llegando hasta incluso tocar el tema de la masturbación y cosas por el estilo. Siendo Jo la más entusiasta en hablar de sexo y confesándonos que en las tardes cuando estaba sola en su casa tomaba prestado un consolador que su mamá mantenía oculto, el que según ella le entraba hasta más de la mitad y cuando lo ponía en modo vibración las cosquillas la hacían gozar como loca. Invitándonos un día de la semana por la tarde a conocer dicho aparato y lo utilizó frente a nosotras, siendo Mayra la más osada que se atrevió a probarlo y compartirlo con ella. Y efectivamente a ese aparato que medía unos 20 centímetros solo le quedaban unos 6 ó 7 afuera cuando se lo metían hasta el fondo. , eran unas cochinas perversas que con Fran nos quedamos mirándolas como hacían de las suyas y hasta se tocaban ayudándose a disfrutar mejor de aquel dildo. Cuando Jo asistió a Mayra para que se lo embutiera, esta se mojó con saliva su pulgar derecho y le frotó el clítoris al momento que lo ponía a vibrar. , haciéndola chillar y blanquear los ojos de las cosquillas. Debiendo yo reconocer por lo demás que me vi muy tentada a sumarme a ese jueguito, pero igual me aguanté las ganas tan solamente masturbándome bajo mis ropas, sin dejarles ver mi vergonzosa vaginita. Con Fran éramos las más tímidas, pero aceptábamos y compartíamos todas las locuras que se le ocurrían a Jo y Mayra. , si bien éramos menos ...
    ... atrevidas no nos quedábamos tan atrás con las estupideces que se le ocurrían a las otras dos. Dándose la situación que un día en que estaba sola en casa por la tarde cuando mis padres aún no volvían de sus trabajos, desnuda me puse a masturbarme en la sala de estar sentada en un sillón ahí a piernas abierta. , pero yo no era la única que estaba abierta pues la puerta que da al patio trasero también lo estaba y nuestro perro andaba merodeando dentro de la casa, no tardando en ir a husmear en lo que yo hacía. , lo espanté pero no hacía caso solo alejándose un par de metros y en una de esas lo dejé acercarse tanto que se puso a lamer directamente mi vagina dejándome estupefacta con las inmensas cosquillas que me hizo sentir en ese par de lengüetazos que dio antes que lo ahuyentara. Me imaginé que podrían ser tan o más intensas esas cosquillas que las que darían con el consolados de la mamá de Jo. , y preguntándome que ¿por qué no? si nadie lo sabría y mi perro no podría contarle a nadie. , lo dejé que me siguiera lamiendo mientras yo continuaba masturbándome, lo que resultó fenomenal pues él no paraba de saborear mi vagina y cuando me saqué mis dedos se puso como loco a engullir los fluidos que emanaban de mi interior, rozando exquisitamente mis labios menores y hasta llegando a hurguetear con su lengua en mi entrada. , haciéndome respirar profundo y erectar mis pezones. Fue una muy rica experiencia que no dudé en repetir al día siguiente antes de contarle a Fran, quien era a quien más ...
«1234...8»