1. Una noche única


    Fecha: 09/04/2018, Categorías: Incesto Autor: capricorn one, Fuente: CuentoRelatos

    ... hacer efecto, y para estar más cómoda me pidió que la ayudara con las botas. Corrí el cierre que tenían al costado y las retiré suavemente, y ella me dio un pequeño puntapié en forma de juego. Ese comienzo lúdico me recordó que mi hermana era también una mujer hermosa, y dentro de mi pantalón una pulsión comenzaba a surgir.
    
    Subí la apuesta y le sugerí que se sacara el jean, así se acostaba más cómoda, y supongo que con inocencia, acepto de buen modo, desprendiendo el botón, bajando el cierre y comenzando a bajar ese pantalón ajustado, muy ajustado. “Te ayudo” le dije, y comencé a bajar el jean, siendo imposible no sentir la tibieza de sus piernas en mis manos, y dejando al descubierto una tanga negra sema transparente, que no podían ocultar los labios abultados de su depilada vagina. Ya mi erección era imposible de esconder, pero parecía que ella no le prestaba atención, dedicada ahora a sacarse el sweater, que por lo ajustado se trabo a la altura de la cabeza. Fui en su ayuda, y entre tirones logramos sacar la prenda, pero en el forcejeo, quedamos prácticamente cara a cara. No pude resistirme, y busque la boca de Alejandra, que sorprendida, aparto su cara de la mía. Me quedo mirando desconcertada, y yo pensé que había cometido el error de mi vida. Entonces ella se percató de mi estado y preguntando con una mezcla de inocencia y lujuria me pregunto: “que te pasa?” y sin dejarme contestar me beso larga y profundamente, mientras su mano se posaba en mi ...
    ... entrepierna.
    
    Comenzamos entonces una sucesión de besos y caricias que iban aumentando el voltaje, el corpiño voló por el aire y me dedique a besar esos senos deliciosos, mi lengua recorría esos pezones duros y erectos mientras ella, bajando el cierre de mi pantalón, introducía su mano en busca de mi miembro, acariciándolo suavemente, sintiendo la humedad que me provocaba. Quedamos desnudos en un instante, todo en el mayor silencio posible, y casi sin darnos cuenta, estábamos uno arriba del otro practicando un sexo oral increíble. El sabor de su sexo era delicioso, estaba completamente húmeda y mi lengua se metía en todos los rincones lubricándola a la perfección. En el otro extremo, mi verga era lamida, chupada, mordida, llevándome a la locura.
    
    Mi hermana gemía apagadamente, pero los temblores que le provocaba el primer orgasmo que tuvo no podían detenerse, dejando mi cara empapada de sus fluidos. En un rápido movimiento, se dio vuelta en la cama y quedo de espaldas a mí. “Cógeme”, me susurro. Me puse encima de ella, y apoye mi miembro a la entrada de su conchita, pero me dijo: “por ahí no, por el culo”. Entonces lubrique un poco más ese estrecho orificio y lentamente comencé a penetrarla, mientras ella apagaba sus gemidos en la almohada. Ya totalmente dentro de Alejandra, dominando el ritmo, sintiendo la presión de ese culo hermoso, no pude resistir más y termine dentro, llenándola de leche. Quedamos en esa posición unos instantes, para luego vestirme, y sin palabras irme a mi cuarto. ...