1. Testigo de la primera vez de mi hijo 2


    Fecha: 14/07/2017, Categorías: Masturbación Autor: Valennn, Fuente: CuentoRelatos

    ... decir lo comí, por ser semen y no por tratarse de mi hijo.
    
    Así que primero, no fui un día a trabajar, y me dediqué a revisar su cuarto, debajo de un cajón en el fondo de un velador encontré varias revistas pornográficas, y películas, las cuales debo admitir me excitaron por lo que me masturbé siguiendo el ejemplo de mi hijo. Después de haber comprobado la fuente de sus excitaciones decidí encararlo. Como dije nuestra relación es especial por lo que puedo preguntarle sin sonrojarme muchas cosas.
    
    —Hijo, ¿cuántas veces te masturbas al día?—Cuatro o cinco (sin duda mentía un poco)—, pero no crees que le va a hacer mal a tu cuerpo masturbarse tanto? - No, si me da ganas lo hago, no es mi culpa- El otro día, poniendo la ropa, encontré tus revistas y películas, en verdad son buenas, pero deberías dejar de verlas un tiempo.—Ya no las veo, me tienen ya aburrido, simplemente en algún momento del día que tengo una erección me calmo masturbándome, que hay de malo. Entre mí, pensaba, claro un joven de 18 años, que cada vez que se le para se masturba, no es raro que se masturbe constantemente. - Mira temo que estés volviéndote un poco obsesivo, así que te propongo una cosa, cada vez que te entre ganas, me lo dices y nos ponemos a conversar de cualquier cosa, ¿está bien?, en verdad no creo que sea correcto que te masturbes tanto.
    
    Entre las cosas que me daban vuelta a mi cabeza, estaban el no tener dinero para pedir consejo a un sexólogo, el impedir que se masturbe tanto, y que ...
    ... esto se le pasaría cuando encuentre novia, así que yo con mi plan, podía al menos aminorar un poco sus masturbaciones y de lo tercero, ya que no creo en prostitutas ni hacer de casamentera se tendría que encargar él. Al día siguiente mientras veíamos una película, me dijo:
    
    —Mami, estoy con ganas.
    
    Lo cual comprendí inmediatamente, por lo que le conversé de mi día en el trabajo, el de él en el estudio, hasta de política.
    
    Poco a poco me di cuenta que eso no resolvería nada, ya que se ponía más nervioso y extrañamente excitado, veía claramente como sobresalía su polla del pantalón de pijama. Pero él por complacerme en ese día me dijo que no se masturbaría, pobrecillo, su polla no aminoraba un poco.
    
    Por lo que así se fue a acostar, y yo también, ya así en la cama, me di cuenta de mi error, así que entré a su cuarto que aún tenía la luz encendida, lo que vi fue peor que lo del baño. Él estaba sentado en la cama con las piernas abiertas mirando una Playboy, masturbándose intensamente, me vino a la memoria lo del baño, y reparé en su vergaza que es bastante larga y gruesa. Él no paró, y dijo entre jadeos, - por favor sal.
    
    Pero entré, me senté a su lado, le tomé la mano, parando su accionar y con el tono más maternal posible le dije.
    
    —Dime hijo, qué es lo que quieres, alguna cosa te falta. Que te masturbes tanto puede ser frustración por algo más. - Quiero dejar de ser virgen, pero no con una prostituta, pero soy muy torpe con las mujeres, me dijo casi en sollozos. El ...