1. Cómo me volví una zorra PARTE 2


    Fecha: 13/04/2018, Categorías: Confesiones Autor: bauman18amy, Fuente: CuentoRelatos

    Si no han leído la primera parte lean lo siguiente, si leyeron la primera parte no hay necesidad.
    
    Cuando mi vida sexual inició, empecé a jugar con los chicos y aprovechaba que mis atributos femeninos daban de que hablar. En una fiesta a la que un chico mayor me invitó hice mi primera mamada. Aquí continúa esa historia.
    
    Luego de que Santiago se viniera me di cuenta de lo excitada que estaba, sentía mil cosas dentro y fuera. Mi entrepierna estaba húmeda.
    
    Santiago me volvió a cargar en brazos, pero esta vez yo alcanzaba a sentir su pene contra mi piel, rozándome y haciendo que lanzara gemidos involuntarios. Se acostó en la cama llevándome con él, haciendo que quedara acostada encima de él con las piernas a su alrededor. Con cuidado me fue bajando las delgadas tiras del vestido y al darse cuenta de que no llevaba sostén me sonrió con malicia.
    
    -Atrevida.-dijo.
    
    -Adivina que otra cosa no traje.-le murmuré al oído y le mordí el cuello. Soltó un gruñido y me metió lentamente la mano por la falda. En el momento en que lo sentí contra mi más sensible piel gemí.
    
    -Creo que es hora de devolverte el favor.-me tomó de la cadera y me puso debajo de sí mismo, y lentamente fue bajando y bajando hasta que su rostro estaba a la altura de mi pelvis. Tenía una idea no muy clara de lo que se proponía hacer. Y me alegré inmensamente de ser adicta a la higiene personal, desde que tenía 12 años había empezado a depilarme cada dos o tres días y estando en clases de natación tenía que ...
    ... evitar situaciones incómodas.
    
    Me levantó el vestido poco a poco y cuando tuvo la vista que quería hundió su rostro en mi entrepierna. Como reflejo empecé a apretar las piernas, pero me las sostuvo en el ángulo que quería. Su lengua se movía de un lado a otro entre los pliegues, chupando y absorbiendo todo, me tuve que apoyar en los codos, y al notarlo me bajó una tira del vestido para tocarme los pezones hinchados.
    
    Para no ser tan rutinaria les contaré que luego de esa noche, él y yo seguimos encontrándonos. Yo le decía a mamá que iba a ir a su casa para que me diera tutorías de matemáticas. Y qué tutorías tan buenas.
    
    Luego de dos meses me dijo que le gustaría que fuéramos novios, al fin y al cabo nos veíamos todos los días y más de tres veces a la semana teníamos encuentros fortuitos. Le dije que sí y es como todos los demás chicos empezaron a hablarme. No que antes fuera una niña invisible, sino que los hombres se interesaban mucho más en mí al ser novia de Santiago.
    
    David, mi vecino se hizo amigo de Santiago y también él empezó a tener más y más mujeres detrás. Eso hizo viera mis locuras con mi novio como un impulso social, mucha gente merecía conocer a una persona tan buena como David.
    
    Cuando terminamos después de tres meses me hizo algo que aún no he podido definir como mal o favor: le informó a sus amigos todo lo que hacíamos al encontrarnos. No tuve problemas con nadie ni mucho menos me metí en peleas, pero si tuve muchísimas visitas inesperadas en casa ...
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