MI BARRIO FUE UN AREN
Fecha: 15/04/2018,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... note su respiración como se aceleró y se sonrojo pero no hizo nada, ni tan solo parpadeo fijando sus ojos en mí. Entonces le desabroche la falda que cayó al suelo junto a sus pies y dejo a la vista sus bragas y dijo Hortensia – Señor Juan Le agarre del pelo y de un empujón la lleve a entrar en el estudio y antes que protestara me coloque detrás de ella y bese su cuello y cogiendo la cámara de fotos dije Juan – Pon las manos en la pared, e inclínate hacia delante Me pareció sentir una duda en ella, pero un rápido azote en el trasero hizo que se decidiese de inmediato y pude ver satisfecho como obedecía. Entonces cogí la cámara y empecé a hacerle fotos y después de quince minutos le mande quitarse su sujetador, lo que quedo sus pechos libres para poderlos fotografiar bien, y luego le mande quitarse las bragas ella dijo Hortensia – Pero… Yo la agarre del pelo y le obligue a mirarme note como sus ojos se empañaban de lágrimas como reflejando un deseo y una lujuria por más que tratase ella de ocultarlo, y también mostraba algo de miedo. Entonces cogí la cámara y empecé a fotografiarla de nuevo y en un acto seguido vi cómo se tumbaba en el suelo, abrió bien sus piernas para exhibirse ante mí y metiendo sus dedos en su coño y a los pocos segundos seguía aumentando la intensidad todo ello sin apartar la mirada de mí. Y sin darme cuenta se corrió dándole temblores descontrolados, entonces la hice se levantase y vistiera y dándole las llaves se fue a casa, yo cerré la tienda y fui al ...
... laboratorio a ver las fotos y hice unas cuantas a papel entonces escuche el reloj de la tienda como daban las siete treinta, cerré la tienda y me fui a una bodega y compre una botella de vino y me fui a casa allí me duche y me vestí y a las ocho y siete minutos era cuando llamé al timbre de mis vecinas. Estaba duchado y arreglado aunque informal, lucía vaqueros y camiseta negra. Llevaba, además, una bolsa con una botella de vino tinto y una tarta helada para la cena y una carpeta con varias fotos. La puerta se abrió al fin. Advertí divertido que se trataba de Hortensia, sonrojada y vestida con un vestido amarillo bastante ceñido. Tras ella se asomó Esther, con vestido azul de falda larga y sonrisa encantadora. Esther - ¡Pasa, vecino! No me hice de rogar. Haciendo caso omiso a Hortensia, me dirigí hacia el salón y entregué la bolsa a Esther. Juan - Toma, para acompañar la cena dije, sonriendo mientras ella la cogía y miraba lo que había dentro. Esther - ¡Pero cómo eres! ¡No tenías que traer nada, esta cena es para darte las gracias por todo! Juan - No es molestia, Esther. Deberías guardar la tarta en la nevera, si se derrite no valdrá nada. Esther - Sí, tienes razón. Pero pasa y siéntate, por favor. ¡Hortensia, ponle algo de beber! Esther se marchó hacia la cocina, presurosa. A buen seguro quería asegurarse de que todo estuviese como debía para la cena. Por mi parte me senté en el sofá y miré a Hortensia. Hortensia - ¿Qué te apetece? Lo dijo con un hilo de voz, la cabeza gacha ...