1. Mi Futura Suegra


    Fecha: 15/04/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    Ella era Beatriz, mi suegra y la mujer con la que perdía el sueño desde hacía dos años. Los dos años que llevaba saliendo con Judith, mi novia a la que conocí en la facultad en segundo año de carrera. Un año más joven que yo, nos llevábamos bien en todos los sentidos que entre una pareja suele haber. Salíamos por ahí, al cine, de copas con los amigos, a la playa en verano que se alargaba varios meses con lo que el moreno y el bronceado nos duraba la mar de tiempo. Me gustaba Judith, con su bronceado destacándole las pecas en la nariz y el rostro. Castaña de cabello, nos acostábamos con asiduidad los fines de semana que era cuando podía pillar el coche de mi padre para salir las noches del viernes y el sábado. Siempre en la parte trasera del coche o allí donde podíamos nos desahogábamos de manera furibunda y excitante.Judith era ardiente y fácil de calentar, dispuesta siempre a un buen rato de solaz con el que quitarnos el cachondeo. Los top escotados marcándole sus pechos de buen tamaño, los pantaloncillos cortos o los tejanos ceñidos que solía vestir me tenían en alerta continua. Pese a la juventud de ambos, lo habíamos probado todo o casi todo. En el cine metiéndonos mano, en el coche como ya dije, por la noche en la soledad de la playa y disfrutando bajo el manto de estrellas que servía de testigo mudo de nuestras andanzas.En mi casa imposible estar juntos debido a lo mojigata que mi madre era, diciéndome que nada de nada hasta que no estuviéramos casados. Si ella ...
    ... supiera... Con Beatriz todo era más fácil, marchando con su esposo y dejándonos la casa libre sin problema alguno. Hasta nos pilló en el salón, una tarde en que llegó a casa de improviso y sin avisar. ¡Menudo corte, tumbado en el sofá encima de Judith y con todo bajado! Levantándome con el susto en el cuerpo, la mujer mantuvo una visión fugaz de mi cuerpo sin quitarme la vista de encima hasta que con un fuerte carraspeo nos dejó allí disculpándose por la inesperada intromisión. Eso fue hace una semana, la tarde del miércoles lo recuerdo perfectamente.Como ya dije Beatriz era la mujer con la que perdía el sueño hacía dos años, concretamente desde el mismo día en que la conocí. Y no era para menos. Más alta que su hija, de talle fino y anchas caderas, el primer recuerdo que tengo de ella era aquel vestido floreado primaveral, de escote pronunciado y por encima de la rodilla con el que me embelesó por completo. El rubio cabello, evidentemente de bote y recogido en una graciosa coleta con la que parecía más joven, pronto supe de su carácter abierto y liberal. Con su marido las cosas no iban bien, me enteré meses más tarde de manera casual en una conversación con Judith estando las dos en la cocina. Desde el salón y poniendo oído, algo entendí y cómo Beatriz lloraba contándole quizá la última de su marido. Eso hizo que mi interés por ella creciera aún más. Si por lo que fuera no tenía guerra con Judith, aprovechaba para pajearme en la soledad de mi cuarto pensando en la imagen de mi ...
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