1. Bitacora de un sueño realizado


    Fecha: 16/04/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... las caderas que me lo impedían Franciscooooooooo, que rica esta tu verga – dije sin mucha convicción –
    
    Dejame cogerlo – dije – al ver que no me dejaba, finalmente lo logre ya que su dueño cedió un poco, me lo saque de mi concha, entonces mi manos pudieron palpar eso que casi rebasaba mis manos, era tremenda, lo supe en contados segundos, quise soltarlo asustada por la situación, en fracción de segundos supe que no era la verga de Francisco, esa no podia de ninguna manera ser la verga de Francisco, quien era entonces el dueño de tremenda verga que había logrado profanar mi concha hasta ese instante fiel a la verga de mi marido, que estaba pasando - me dije- aunque debería haberlo soltado en seguida, no pude hacerlo era como un imán que me mantenía sujeta a él, algo en mi interior se aferraba a esa gran verga,
    
    Francisco, pregunte algo asustada como diciendo eres tu?
    
    Dime putita- lo oi decir – entonces me di cuenta que la voz no provenía precisamente del lugar donde estaba el dueño de la verga que aun tenia en mis manos, quise en seguida reaccionar, no sabia como exactamente, molestarme o que? No lo sabia, aun estaba muy excitada y había interrumpido casi el termino de un gran polvo, pero no pude pensar mas en que hacer, lo dude por segundos y eso fue fatal, ya que enseguida sentí que me tumbaban a la cama con algo de presión y fuerza sin llegar a lo brutal, aplastándome prácticamente, hasta ese momento había estado de rodillas sobre la cama, quedé tendida de cara ...
    ... sobre la cama, con el trasero al aire, sentí, entonces una presión sobre mis nalgas de unas manos y una cara que empezó a lamerme el culo, y todo lo que mi trasero representaba, definitivamente no era Francisco, quien era entonces?, hice un primer intento de reacción, pero algo en mi interior me lo impidió, sentí en un segundo el placer de una lengua extraña lamiendo desaforado mi culito, mi concha, mordiendome las nalgas, succionando mi clítoris como queriendo tragarselo, igual hacia con los labios de mi concha - me estaba comiendo rico, y casi sin querer empecé a gemir, Francisco, Francisco, decia- como pidiéndole ayuda.
    
    Sigue putita, sigue disfruta todo lo que puedas, oi la voz de mi esposo, caí en la cuenta que Francisco estaba de pie junto a la cama y que otro era el que me comía los huecos en ese momento.
    
    En una palabra, me estaba violando un desconocido, y yo lejos de poner resistencia cada vez me entregaba al placer, de esa lengua recorriendo con vehemencia mis intimidades, anhelando ya el momento en que otra vez esa verga poseyera mi concha, sentí entonces como elevaba su cuerpo recorriendo con sus labios mi espalda hasta que su pecho alcanzo mi espalda, era logico pensar que se disponía a ensartarme en esa posición, sentí su respiración sobre mi nuca y sentí la inmensidad de su verga entre mi nalgas, senti su dureza, su grosor, longitud, era una bestia tratando de retomar el terreno perdido, me acorde entonces de Rogelio, así seria su verga- me pregunté, casi en ...
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