Mi hermana, mi ama
Fecha: 18/04/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... dejara correrme, dentro de su vientre. Ya floja, desmadejada, casi sin aliento. β Córrete Migue, córrete dentro. Pero después se lo haces a madre, que está muy caliente. Y me corrí, vaya si lo hice. Disfruté aquel polvo como nunca antes. Cuando me recuperé, me puse sobre Amparo, que me acogió amorosamente, como siempre. Cuando terminamos, vimos a Lidia dormir como una niña pequeña. Los dos la besamos y nos tendimos a su lado. Dormíamos abrazados los tres, cuando nos despertó el sonido de un claxon en la puerta. Llamaron al timbre. Me asomé por la ventana, era un coche de la Guardia Civil. Me puse un albornoz y fui a abrir. β ¿Conocen a Don Oscar β¦. ? β Sí, es mi cuñado, el marido de mi hermana. ¿Qué ha pasado? β ¿Está su hermana en casa? Dígale que salga, tiene que acompañarnos. β ¡Pero, dígame que pasa! ¡Por favor! β Se ha producido un accidente. Lidia, se acerca, abrochándose la bata, alarmada. β ¿Muy grave? ¿Cómo está Oscar? β Lo siento, señora. Su marido ha fallecido. La noticia cae como una bomba en casa. Madre se cubre la cara con las manos, llorando. La impresión recibida es muy fuerte y Lidia se desmaya. Apenas puedo sujetarla para que no caiga al suelo. El guardia me ayuda. La sentamos en un sillón de mimbre en el recibidor. β Como puede comprobar, señor guardia, no creo que mi hermana esté en condiciones de acompañarle. ¿Puedo ir yo? Mi madre se quedará con ella. β Bien, visto su estado, tiene razón, acompáñeme usted. Llevamos a Lidia al dormitorio donde se ...
... acuesta, al cuidado de madre. Me visto y acompaño al civil. Por el camino me informa de lo ocurrido. β Según parece su cuñado iba en un coche acompañado de otro hombre, aún no identificado y dos mujeres. No se sabe porqué, en una curva, se salieron de la carretera y cayeron por un terraplén yendo a chocar con una roca. Él no conducía, el golpe lo proyectó contra el parabrisas, no llevaba puesto el cinturón de seguridad y el golpe en la cabeza fue mortal. Los demás están muy graves. Pero puede que sobrevivan. El cadáver tenía la cara desfigurada por el impacto, pero pude reconocerlo por una mancha, de nacimiento, en la nalga izquierda. Como un pequeño racimo de uva. El funeral, el entierro, los pésames. Fueron unos días de locura. Lidia, encerrada en su dormitorio, lloraba desconsolada. Quería a su marido, no había duda. Madre intentaba consolarla, yo hacia lo que podía. Tuve que hacerme cargo de todo, papeleo, negocio. Menos mal que me había pegado a Oscar y conocía todos los intríngulis. Pasaron dos meses en los que nos fuimos adaptando a la nueva situación. Intentábamos superar el duelo. Llegó el momento y tuve una sobrinita preciosa. Con ella en brazos, Lidia pareció recuperarse un poco. Dejó de obsesionarse con la muerte de Oscar para dedicarse a la pequeña. Cambió, su carácter se dulcificó. Ya no nos trataba como antes. Yo miraba como daba de mamar a la nueva Lidia. β Lidia ¿Me dejas mamarte un poco? β Con una sonrisa amorosa me indica que me acerque a ella. β Mama de esta otra ...